Alfredo Amestoy (0000-0000) Cine y Televisión
1 Un visitante nos comenta Alfredo Amestoy Eguiguren (n. Bilbao; 8 de abril de 1941), periodista, escritor, publicista, comunicador, presentador de televisión animador social español.
Nació en Bilbao el 8 de abril de 1941.
Cursó Periodismo en Madrid (15 Promoción de la Escuela Oficial) y en la Universidad de Navarra (Primera Promoción), después de un bachillerato iniciado en Bilbao y proseguido en San Sebastián (Colegio de La Salle)
Primeras colaboraciones en la Prensa de Bilbao, “La Gaceta del Norte” y revista “Gran Vía”, de Antón Menchaca; con Luciano Rincón y Manuel Leguineche. Radio en la Cadena SER, Radio Madrid, en programas dirigidos por Bobby Deglané y José Luis Pecker (“Cabalgata fin de semana”). Será en esta emisora donde, más tarde, en 1963, se convierte en el redactor del primer informativo de la Radio privada en España.
Redactor de la Agencia Hispania Press, con Salvador de la Reina y Rafael Flórez. Publica secciones fijas en “Pueblo”, (en diciembre de 1959 sus reportajes saltaron dieciséis veces a la primera página), "Diario Madrid” y, en Barcelona, “El Noticiero Universal”. Reporterismo de calle en páginas como “Noches de Madrid” y “Noches de Barcelona”, junto a Antonio Figueruelo y Eliseo Bayo.
Redactor-Jefe de la Agencia SUNC – “Servicio Universal de Noticias y Colaboraciones” y corresponsal de “Interstampa”, “Época (revista)” y de “France Dimanche”
En 1960 se produjeron sus primeras apariciones en Televisión, con Manuel Martín Ferrand, de la mano de Victoriano Fernández Assis, en programas como “Plaza de España”. Programas en directo, ya que aún no existía el diferido. Reportajes con el celuloide como soporte. Experiencia que le permitiría luego la práctica de un periodismo “cinematográfico” en NO-DO o en el largometraje ”Perra Vida”, versión española del “Mondo Cane”, de Giacopetti.
Estos antecedentes en Prensa, Radio y Cine Documental, además del cultivo de casi todos los géneros periodísticos, sin excluir el suceso en “El Caso”; el humor, en “La Codorniz”; el cine en “Fotogramas”, o el gran reportaje en “Gaceta Ilustrada”, o en “La Actualidad Española”, o en series como “España 66” en “ABC” en el magazine de color y con fotos de César Lucas, propiciaron un retorno a la televisión con programas informativos como “Esta es la cuestión”, con Luis del Olmo como locutor, o “La Vida”, programa que en 1967-68 alcanzó audiencias que, en parte gracias al monopolio de TVE, pero también a una aceptación sin precedentes y que no se volvió a repetir, consiguió en alguna noche de invierno los dieciséis millones de espectadores.
Salvo un paréntesis norteamericano en 1972 dedicado a la creatividad publicitaria en Spanish Advertising, de Nueva York (donde contrae matrimonio, en el mes de noviembre, con Ana María Muñoz, realizadora de Moda en Televisión y NO-DO, a quien conoció en Madrid en 1966). En Nueva York, participa también en la fundación de “ABC de las Américas”, con Torcuato Luca de Tena, Victor Salmador y Jesús Picatoste.
Programas musicales, concursos y magazines, desde 1965 a 1975, con experiencias en géneros inéditos en televisión como el “docudrama”. “El día de mañana”, en el que una madre embarazada – lo fue la actriz Elisa Ramírez, ya que se encontraba en estado de buena esperanza – “dialoga-monologa” con el hijo que trae al mundo. “Docudrama-biografía” se puede considerar también “Agua pasada”, un documental con Gerald Brenan que realiza por encargo de Juan Luis Cebrián, en 1974, con Franco aún vivo. A finales de la década, con Leal Soto, su realizador habitual y la colaboración de su hermano, Ignacio Amestoy, emprende la serie más ambiciosa en esta modalidad de “docudrama”: “La España de los Botejara”, con música de Antón García Abril y la voz de Pablo Guerrero, que marca un hito en este género de periodismo, realizado como ficción, que podría definirse “Televisión Verite”.
Documentales puros, como habían sido antes “España a toda costa”, “Puerta Grande”, “Campo Pop”, fueron los especiales desde los Estados Unidos como “Un planeta mejor” (ecología y urbanismo), que seguía a la serie de “ordenación de territorio” con Miguel Fisac, Antonio Lamela, Ricardo Bofill, Mario Gaviria y Amando de Miguel, que se llamó “La solución, Mañana”. Sociológicos, con incursiones en la política y economía norteamericanas fueron “Ciudadano americano” y “Citius, altius y fortius”, que preceden a una etapa como editor de Telediario y programas “ómnibus”, como “Sobre la Marcha” y una etapa muy apasionante con programas que corresponden a la llamada “transición democrática”.
“Vivir para ver”, con Luis Leal Soto de realizador, logra audiencias que superan a los grandes éxitos de la década; a series como “Heidi” o “La casa de la pradera”; a concursos como “Un, dos, tres”; a emisiones triunfadoras como “El Gran Circo de TVE” o a imbatibles como Félix Rodríguez de la Fuente y su “El hombre y la tierra”.
Otro programa de gran repercusión fue el creado con José Antonio Plaza, “Treinta y cinco millones de españoles”, con tal influencia política que pudo defender a los consumidores, controlar precios y emprender denuncias permitiendo la primera aparición y demostración de fuerza a cargo de la “sociedad civil” española, tras los tiempos de la dictadura. Un especio muy galardonado. Sus premios se sumaron a los ya obtenidos anteriormente, como los Nacionales de Televisión, el Quijote de Oro, el Popular de Pueblo, el Ondas, varios “TP” y otros.
En los inicios de los años ochenta vendrían programas como “300 Millones”, primer programa de Televisión europeo transmitido vía satélite para ser visto en todo el continente americano. ”La verdad de…”, y “Visto y no visto”, fueron los últimos programas en TVE, antes de colaborar como director de programas y presentador circunstancial en la etapa fundacional de la cadena Tele 5, que Valerio Lazarov condujo al mayor éxito de la Televisión privada en España. Allí, Amestoy, dirige varios programas: dos de gastronomía, “Entre platos anda el juego” y “Comer es un placer”, con Luis Cepeda, y donde por vez primera se presenta al cocinero revelación mundial, Ferrán Adriá. Adriá cocina personalmente en televisión y elabora platos durante una semana, quizás por “primera y última vez”.
En Tele 5, Amestoy escribe e interpreta una serie cómica, “A salto de cama”. No era la primera ocasión en que se aproximaba al teatro como comediógrafo. Su experiencia teatral que, por ahora, alcanza a media docena de títulos, había comenzado con éxito en 1976, con la obra “El Partido”, que alcanzó más de doscientas representaciones. En el mundo del disco la incursión fue con “La mala y la buena vida”, parlamento de humor. Disco que se enterró, con el periódico del día y las monedas de entonces, en el parque del Retiro de Madrid, en el hoyo donde después se plantaría un cedro del Himalaya que hoy mide más de doce metros; el árbol más alto del Paseo de Romero de Torres.
En los años 80 mantiene colaboraciones semanales en la revista “Interviú”, del Grupo Zeta, que le encomienda la dirección de una de las publicaciones con más presupuesto en aquellos años: “Panorama”. No interrumpe Amestoy su actividad en Norteamérica. Sobre todo, en Miami. Allí, para SIN, realiza programas especiales con motivo de sucesos históricos destacados en aquella ciudad y una serie titulada “Mi amo…”, donde el perro “habla” de su dueño. En la serie intervienen personajes tan distintos como Andrés Segovia o Julio Iglesias.
Un largo viaje por España genera un libro de gastronomía “La Cocina de Paradores”. En el campo editorial, Amestoy prepara una reedición de “El Reportero”, uno de los libros de periodismo más leídos en el siglo pasado, escrito por un joven Amestoy que sólo pretendió ser un reportero. Pero la vida y las inquietudes ecologistas que le condujeron a instalar en 1976 la segunda planta de energía solar en España, le han llevado a la agricultura. Uno de los pioneros en el cultivo del aguacate en nuestro país, ensayó distintas variedades en Motril, Granada, y puso en marcha también la primera “Vinoteca” que funcionó en España para promoción de los vinos de todas las Denominaciones de Origen. En esta inquietud por la innovación, en los años setenta creó el primer “Video Club”, que – gracias al video permitía el visionado público en Madrid de las programaciones de televisiones de todo el mundo.
En la actualidad, realiza colaboraciones de Prensa y guiones para documentales y especiales de Televisión. Su deporte preferido es la pesca en el mar, que realiza en la costa andaluza con otros socios del Club Náutico de Motril. Pertenece a distintas asociaciones culturales de Madrid y es fundador y presidente del Club de Amigos de la Boina, primera Asociación creada en el mundo, en 1986, en torno a esta prenda. Asimismo, pertenece al Club de la Cepa, con sede en Laguardia, en la Rioja Alavesa, que quiere acrecentar la calidad y difusión del vino de esta comarca vascongada.
En 2005 fue nombrado presidente de la Asociación Cultural de Utilidad Pública, Amigos de la Gran Vía, de Madrid. “Gran Vía” (en Bilbao) fue su primera publicación; en Madrid siempre trabajó en las inmediaciones de esta calle y ahora reside en ella. En esta Asociación, que ha promovido la celebración del Centenario de la Gran Vía, que comenzó sus obras en 1910, Amestoy sustituye a su fundador, don Pedro Rodríguez Ponga, síndico de la Bolsa de Madrid tantos años y que creó esta Asociación para velar por el presente y el futuro de la arteria más emblemática y cosmopolita de la Capital de España.
Sus comentarios irónicos y su tono sarcástico a la hora de comentar la realidad española, unidos a su peculiar imagen con unas gafas de pasta negras y grandes y un irrepetible flequillo, lo convirtieron en un auténtico icono televisivo de aquella época.
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