Edward everett horton (0000-0000) Cine y Televisión
1 Un visitante nos comenta Uno de los más reconocidos secundarios del cine clásico de Hollywood, Edward Everett Horton nació en Brooklyn, Nueva York (Estados Unidos), el 18 de marzo de 1886. Su padre era un impresor del periódico New York Times.
Desde sus tiempos universitarios en Columbia, Horton apareció en producciones teatrales, muchas de ellas comedias musicales. En el cine debutó, y con el nombre de Edward Horton, en los años 20, apareciendo en la película "Too much business" (1922), una comedia dirigida por Jesse Robbins y co-protagonizada por Ethel Grey Terry y Tully Marshall.
En su larga trayectoria cinematográfica brilló con especial incidencia en la comedia de ambiente sofisticado, interviniendo en títulos tan satisfactorios durante la gloriosa década de los 30 como "Holiday" (1930) de Edward H. Griffith, "Un gran reportaje" (1931) de Lewis Milestone, junto a Adolphe Menjou, "Un ladrón en la alcoba" (1932), "Una mujer para dos" (1933), "La viuda alegre" (1934), "Angel" (1937) y "La octava mujer de Barba Azul" (1938), las cuatro dirigidas por el maestro Ernst Lubitsch, "La alegre divorciada" (1934), "Sombrero de copa" (1935) y "Ritmo loco" (1937), trío de películas protagonizadas por la pareja Fred Astaire/Ginger Rogers, "Horizontes perdidos" (1937) de Frank Capra o "Vivir para gozar" (1938), el estupendo remake de "Holiday" que realizó George Cukor con Cary Grant y Katharine Hepburn como protagonistas.
Compaginando el teatro con el cine, Edward menguó sus apariciones en la pantalla grande en los años 40, en especial en su segunda mitad.
Sus películas más destacadas de este decenio son "El difunto protesta" (1941) de Alexander Hall, "Extraña confesión" (1944) de Douglas Sirk o la comedia negra "Arsénico por compasión" (1944), que dirigió Frank Capra.
En 1947 dejó el cine y a partir de los años 50 intervendría con asiduidad en el mundo televisivo. En 1957 apareció en "Story of the humankind", un proyecto fallido de Irwin Allen en el cual encarnaba a Sir Walter Raleigh. Sería su única aparición en la pantalla grande de Horton en esta década.
Con posterioridad retornó a la pantalla para colaborar de nuevo con Frank Capra en "Un ganster para un milagro" (1961), película a la que siguieron "El mundo está loco, loco, loco" (1963) de Stanley Kramer o "La pícara soltera" (1964), comedia de Richard Quine. Su última película fue "Un mes de abstinencia" (1971), título protagonizado por Dick Van Dyke, que dirigió Norman Lear.
A pesar de su longeva carrera y ofrecer inolvidables caracterizaciones, Horton jamás fue nominado al Oscar.
Murió soltero, el 29 de septiembre de 1970. Tenía 84 años.
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