Labiografia.com Clemente de Alejandría (1993-0000) Sin Clasificar
1 Un visitante nos comenta Clemente de Alejandría
Clemente de Alejandría (Titus Flavius Clemens) fue el primer miembro de la Iglesia de Alejandría en recibir notoriedad además de ser uno de los más destacados maestros de dicha ciudad. Nació a mediados del siglo II y se estima que murió entre los años 211 y 216.
CLEMENTE DE ALEJANDRÍA nació hacia el año 150, probablemente en Atenas, de padres paganos; después de hacerse cristiano, viajó por el sur de Italia y por Siria y Palestina, en busca de maestros cristianos, hasta que llegó a Alejandría; las enseñanzas de Panteno hicieron que se quedara allí. Hacia el año 202, la persecución de Septimio Severo le obligó a abandonar Egipto, y se refugió en Capadocia, donde murió poco antes del 215.
Su conocimiento de los escritos paganos y de la literatura cristiana es notable; según Quasten, en sus obras se encuentran unas 360 citas de los clásicos, 1500 del Antiguo Testamento y 20 del Nuevo.
La amplia cultura pagana de Clemente no fue borrada por su encuentro con el cristianismo; seguía encontrando en ella mucho de positivo y la gran trascendencia de su obra se deberá precisamente a lo mucho que contribuyó a que la filosofía fuera aceptada en la Iglesia. Los filósofos gentiles, Platón en especial, se hallaban según él en el camino recto para encontrar a Dios; aunque la plenitud del conocimiento y por tanto de la salvación la ha traído el Logos, Jesucristo, que llama a todos para que le sigan. Éste es el tema del primero de sus escritos, el Protréptico o «exhortación», una invitación a la conversión.
A los que se deciden a seguir a Cristo, Clemente dedica la segunda de sus obras, el Pedagogo, el «preceptor». En el primero de los tres libros de que se compone, de carácter más general, trata de la obra educadora del Logos como pedagogo y establece principios generales de moral. En el segundo y el tercero trata de situaciones de la vida ordinaria en Alejandría, siguiendo una relación pormenorizada y dando normas sobre ellas: la manera de vestir y de divertirse, el uso de perfumes, la asistencia a los baños, la música y la danza, la vida conyugal, la disposición y ornato de la casa, las buenas maneras, etc.; son cuadros en los que vemos retratado un ambiente refinado de gran ciudad, en el que se desarrolla la vida de sus oyentes. Clemente no les pide que renuncien a ese mundo, en el que se da una mezcla de cosas buenas y malas, pero sí les previene y les da consejos para que, sin salirse de su sitio, sepan portarse como cristianos. Esta misma idea aparecerá en su tratado Quis dives salvetur, «quién es el rico que se salvará», una homilía que comenta la escena evangélica del joven rico: no todos necesitan abandonar sus posesiones, pero sí desprenderse del apego al dinero.
Para cerrar esta trilogía, Clemente proyectaba otra obra, el Didascalos, en la que iba a exponer sistemáticamente la religión cristiana, pues «el Logos primero exhorta, luego educa y finalmente enseña». Pero no llegó a escribirla.
En cambio escribió unos Stromata, o «tapices», donde va tratando temas variados con los que Clemente quiere crear inquietudes religiosas en el gentil. En ellos domina el interés por presentar el cristianismo como una verdadera gnosis; como Ireneo, rechaza el uso que algunos hacen de la gnosis, pero no se queda en una postura negativa; hace notar el valor de la filosofía pagana para el cristiano, pues aunque la filosofía nunca podrá reemplazar a la revelación, ha preparado a una parte de la humanidad, a los griegos, para la venida de Cristo, de manera semejante a como el Viejo Testamento preparó a los judíos. Así, al mismo tiempo que rechaza la falsa gnosis, sostiene que el cristiano es el verdadero gnóstico, es decir, el verdadero sabio; la perfección moral, que consiste en la castidad y el amor a Dios, es el rasgo característico de este verdadero gnóstico en contraste con el falso.
El texto de estas obras ha llegado hasta nosotros razonablemente bien conservado. De otras obras de menor entidad sólo tenemos algún fragmento, o se han perdido enteramente; entre éstas se encontraba el Hypotyposeis, ocho libros que al parecer eran de comentarios alegóricos a algunos versículos de las Escrituras.
Obra
Clemente escribió una trilogía y dichas obras se conectan entre si bajo un mismo propósito y estilo. La trilogía de Clemente está compuesta por:
1.Protrepticus (o "Exhortación a los griegos"),
2.Paedagogus (o "Maestro"), y
3.Stromata (o "Misceláneas").
El teólogo Overbeck declaró que la trilogía fue uno de los proyectos literarios más significativos dentro de la historia de la Iglesia ya que en dichas obras Clemente presentó el cristianismo a los fieles a través de la forma tradicional de la literatura secular.
En el Protrepticus, Clemente invita al lector a no escuchar las leyendas míticas de los dioses, sino la "nueva canción" del Logos, el principio de la existencia y el creador del mundo. Clemente denuncia lo que él considera el sinsentido de las idolatrías y los misterios paganos, las prácticas pederastas de los griegos y los horrores del sacrificio que practicaban los paganos y afirma que los filósofos y poetas griegos solo hicieron suposiciones sobre la verdad, pero que los profetas en cambio establecieron el camino directo a la salvación. Clemente escribió que el Logos divino se ha presentado para despertar a todo lo bueno que existe en el alma humana y que a través de este despertar los humanos pueden alcanzar la inmortalidad.
Habiendo establecido esta introducción, la trilogía continua con el Paedagogus, obra en la cual se detalla el desarrollo de la ética cristiana. En los escritos de Clemente se puede notar la influencia del filósofo estoico Musonio Rufo quien fue maestro de Epicteto. A diferencia de la filosofía estoica, Clemente hace saber que el verdadero instructor es el Logos.
El primer libro trata con las bases religiosas de la moralidad cristiana mientras que el segundo y el tercero intentan establecer un debate sobre la conducta individual. Al igual que Epicteto, Clemente narró que la verdadera virtud se presenta en un modo de vida natural, simple y moderada.
En el tercer libro, los Stromata, Clemente de Alejandría detalla como perfeccionar el modo de vida cristiano a través de una iniciación hacia el conocimiento. El primer libro está destinado a aquellas personas que no son cristianas, el segundo a aquellas recientemente iniciadas a dicha religión y el tercero se escribió con el propósito de informar a aquellos creyentes que llevasen más tiempo dentro de la Iglesia. La trilogía intenta contestar todas las interrogantes que puedan tener las personas educadas mientras que al mismo tiempo conduce a los estudiantes a un camino más profundo de la fe cristiana. El libro se tituló Stromata, que se traduce "misceláneas", por la diversidad de temas que trató de cubrir. Clemente escribió más de un libro relacionado a Stromata aunque no se relacionaron con los anteriores, por lo cual no formaron parte de una misma serie.
Clemente también escribió una obra titulada Hypotyphoses, libro que fue un comentario breve sobre ciertos pasajes de la Biblia aunque este libro no se llegó a conservar completamente. Actualmente solo se pueden leer los fragmentos preservados por Ecumenio.
Además de la trilogía, el único libro de Clemente que se conservó en su totalidad fue el que se tituló "¿Quién es el hombre rico que se salvará?". Dicho libro toma como base Marcos 10:17-31, el cual dice que poseer riquezas no es ningún pecado, pero el mal uso de ellas si será condenado.
Existen fragmentos de un escrito sobre el Pésaj y sobre un ensayo destinado a contradecir a Melitón de Sardes por su deseo de celebrar la Pascua basándose en el calendario judío. La mayoría de escritos de Clemente solo se conocen por su título ya que ni fragmentos se pudieron preservar.