Santiago Rusiñol (1861-1931) Historia
1 Un visitante nos comenta Pintor y escritor español, nacido en Barcelona y fallecido en Aranjuez, uno de los más vigorosos representantes del modernismo catalán en la pintura y la literatura. Hasta los 25 años colaboró en la administración de la fábrica de hilaturas que poseía su abuelo. Luego se zambulló en el mundo fantástico del arte, en el que vivió inmerso la vida entera.Profundamente humano, rebosante de vitalidad, dotado de agudo ingenio e infatigable capacidad de trabajo, conquistó el mundo con su simpatía y puso sus mejores armas -el pincel y la pluma- al servicio de un ideal: ganar la batalla de la alegría y la belleza. Quizá sea el último representante de la bohemia artística: ya en su juventud, con su amigo Ramón Casas, recorrió Cataluña en un carro, midiendo la longitud de los innumerables caminos no por kilómetros, sino por tabernas, deleitando a los payeses con las disparatadas piruetas de su humor y dejando tras sí un rastro de hilaridad y optimismo. No menos alborozada y ruidosa fue su bohemia de París con Zuloaga, Casas, Utrillo, Clarassó y otros artistas. Reflejo de ese eterno optimismo fue su agudo y original ingenio, del que dejó galanas muestras como colaborador asiduo del periódico humorístico L'Esquella de la Torratxa. Apasionado por toda manifestación artística, reunió en su santuario -hoy importante museo- de Cau Ferrat, sobre el acantilado de Sitges, la mejor colección de hierros artísticos de España, vidrios catalanes, antigüedades ebusitanas y valiosas pinturas.A finales de 1889, después de haberse iniciado en Barcelona con Tomás Moragas, se trasladó a París, donde estudió en una Academia de la Avenida Clichy en la que actuaban como correctores Carrière, Chartran y Puvis de Chavannes. Sus primeras telas -Una lectora, Sinfonía, La morfina- acusan la influencia del impresionismo francés con sus elegantes y enfermizas figuras.