Dinastía Capeto (0000-0000) Historia
1 Un visitante nos comenta , que encabezó la defensa del centro de Francia contra los normandos (también se conoce a los Capeto como Robertianos). Dos hijos suyos fueron reyes de Francia tras la desintegración del Imperio Carolingio: Odón I (Eudes o Eudo) (888-93) y Roberto I (922-23); y también lo fue el yerno de este último, Raúl de Borgoña (923-36). Después, sin embargo, volvió a reinar la dinastía Carolingia, hasta que accedió al Trono el nieto de Roberto I, Hugo Capeto (987-96), que da nombre a la dinastía. Aunque el principio teórico de elección del rey se mantuvo, los Capeto instauraron la sucesión hereditaria, en la que se vieron favorecidos por la existencia de descendientes directos durante más de tres siglos. A Hugo Capeto le sucedieron su hijo Roberto II, el Piadoso (996-1031), su nieto Enrique I (1031-60) y su bisnieto Felipe I (1060-1108). Durante todo ese tiempo, sin embargo, el poder de los reyes era meramente nominal fuera de los dominios de la Corona en la zona central de Francia, en torno a París, mientras que en el resto del «reino de los francos» los señores feudales gozaban de una independencia casi total. La afirmación del poder monárquico comenzó con el hijo de Felipe I, Luis VI, el Gordo (1108-37), que sometió a los vasallos rebeldes y estableció una provechosa alianza con el Papado. Le sucedió su hijo Luis VII, el Joven (1137-80), casado con Leonor de Aquitania; al divorciarse de esta última, perdió los ducados de Poitou, Guyena y Gascuña, que pasaron al segundo marido de Leonor, Enrique Plantagenet, luego rey de Inglaterra (Enrique II); la superposición de derechos sobre esos territorios del suroeste de Francia sería motivo de conflictos con Inglaterra durante siglos.