Cándido López (1840-1902) Historia
1 Un visitante nos comenta Pintor argentino. Retratista en su primera época (Autorretrato, 1858, Retrato del general Mitre, 1862), pasó a pintar paisajes y batallas, tras combatir en la guerra con Paraguay. En sus cuadros reflejó el paisaje argentino con amplias visiones panorámicas, lujo de detalles y vibrante colorido.
2 Un visitante nos comenta Nació en Buenos Aires el 29 de agosto de 1839 y falleció en su ciudad natal el 31 de diciembre de 1902. Estudió con el pintor Baldasarre Veraggi que había llegado a un nuestro país para decorar el teatro Colón.
Herido en la batalla de Curupaytí Cándido López, educó su mano izquierda.
(Buenos Aires, 1840-Baradero, 1902) Pintor argentino. Retratista en su primera época (Autorretrato, 1858, Retrato del general Mitre, 1862), pasó a pintar paisajes y batallas, tras combatir en la guerra con Paraguay. En sus cuadros reflejó el paisaje argentino con amplias visiones panorámicas, lujo de detalles y vibrante colorido.
3 Un visitante nos comenta Cándido López inició su carrera artística como fotógrafo daguerrotipista en 1858 siendo discípulo del retratista Carlos Descalzo. En un principio López se dedicó al retrato en su ciudad natal, luego, entre 1859 y 1863 recorrió las entonces pequeñas ciudades y poblaciones de la provincia de Buenos Aires y sur de la provincia de Santa Fe realizando gran cantidad de fotografías.
Debido a que la daguerrotípia exigía una extremada composición y planemiento previo de la imagen, es en ese período que comienza a iniciarse en el trabajo de esbozos que le portarán lentamente a dedicarse a la pintura. Es así que los conocimientos de daguerrotipista les resultarían importantes para su posterior carrera como pintor: se hace observador de encuadres, minucioso por la realidad y se interesa por documentar lo que ve como momentáneo para intentar "eternizarlo".
En 1863 traba amistad con el pintor muralista Ignacio Manzoni quien le promueve la idea de explorar los colores y las perspectivas. También recibe las directas enseñanzas de Baldasarre Verazzi pintor italiano afincado en Argentina.
Dos hechos desgraciados (uno consecuente del otro) signarían lo principal de su obra, la participación de Argentina en la llamada Guerra de la Triple Alianza y, al combatir en tal contienda, la pérdida de su brazo derecho por efectos de una granada durante la ferocísima batalla de Curupayty, esto último ocurrió en septiembre de 1866.
Corresponde mencionar que Cándido López participó en esa guerra con el grado de teniente al enterarse de que Paraguay había invadido la provincia de Corrientes.
En 1887 Cándido López hallándose en la miseria económica envía una misiva a Bartolomé Mitre en donde solicita ayuda pública, Mitre en cuanto sujeto muy influyente se transforma en su comitente y le aporta un subsidio a cambio de una serie de cuadros que "documenten" la "Guerra del Paraguay", es así que a partir de algunos de los esbozos realizados entre 1865-1870, C. López pinta sus principales cuadros entre 18-1901. López intentó pintar unos cien cuadros, pudiendo concluir aproximadamente la mitad de la cantidad que se había propuesto.
Gran parte de estas obras aparecen con la firma Zelop, pseudónimo que hizo mediante la reversión de su apellido.
Parece haber sido su principal intención documentar escenas de la guerra, no todas, sino determinados momentos "épicos" aunque sin ninguna grandilocuencia y ningún patrioterismo, trata de ser "neutral" desde la perspectiva de los "aliados" y parece intentarlo sinceramente.
Sus cuadros bélicos curiosamente no transmiten una emotividad bélica, ni mucho menos sufrimiento, más parecen ser una serie de valiosas "postales". Cándido López parecía intentar evadir el sufrimiento pintando curiosas escenas en las que a veces su mirada buscaba reposar en el paisaje natural, impasible y neutro donde la tragedia ocurre.
Del mismo modo, los combatientes de uno y otro bando figuran más que nada como diminutas sombras en las que se mueven los colores de abigarrados y solemnes uniformes. La pintura de esa guerra es dantesca al retratar movimientos de masas abigarradas bajo paisajes serenos y en ciertos casos de ensueño (por ejemplo en Empedrado, entre los bellos palmares de Yatay, o bajo un arrebolado cielo -tal cual ocurre en el cuadro llamado Invernada del ejército oriental-).
Calificar a Cándido López es polémico: es un pintor valioso, pero se abstrae del mal que pinta.
Llama la atención el formato inusual de sus telas apaisadas, muy horizontales en una proporción de uno a tres (por ejemplo 40 x 105 cm ó 48,5 x 152 cm) lo cual le ha permitido figurar con gran detalle acciones simultáneas y múltiples describiendo los escenarios naturales de los episodios, al tiempo que realiza todas las imágenes con mucha minucia pese a las dimensiones de las obras.
Aunque inicialmente utilizó una perspectiva triangular próxima al suelo y a la escena luego cambia a otra que se vuelve llamativa característica: la de los puntos de vista muy elevados que alejan aun más la profundidad de las perspectivas transportando la mirada hacia distantes horizontes donde la guerra se difumina y parece quedar anonadada. por ejemplo en los suaves, apastelados, colores de un atardecer como en un intento de distanciarse del drama. Sus estructuras pictóricas son sencillas y firmes: entre un plano de la tierra y otro de los cielos.
Aunque la temática principal de Cándido López en muchos puntos coincide con la de Francisco de Goya el tratamiento es completamente distinto, lo representado es completamente distinto; Lopez quizás ha preterido (omitido, olvidado) lo nefando de la guerra y para hacerlo se ha ensimismado en un detallismo y una coloratura que paradójicamente ha desembocado en imágenes idealizadas con una fuerza -y con una mirada- ingenua, y sin embargo la ingenuidad no le ha impedido expresar patéticos símbolos: los uniformes aparecen con sus detalles, con cada uno de los botones pero los rostros de los soldados vivos carecen de ojos y bocas.sólo los muertos tienen boca y ojos, como si la muerte fuera la que diera el irrecusable testimonio del mal. Por esto, la obra de Cándido López tiene en lo formal mucho en común con la obra del douanier Rousseau; Cándido López se incluye en la naivité (ingenuidad) y allí encontramos su curioso valor.
Sin dejar esa "ingenuidad" el otro conjunto de cuadros relevantes de López es el que corresponde a naturalezas muertas y a bodegones, allí los marcos son verticales y las figuras brillan en grupos solitarios casi chillonamente sobre fondos oscuros de matiz melancólico e intimista.