José Antonio Osorio Lizarazo (1900-1964) Historia
1 Un visitante nos comenta Escritor colombiano. Autor de una obra narrativa que con un estilo naturalista refleja la doble problemática de la burguesía y el campesinado. Entre sus novelas figuran La casa de la miseria (1926), Casa de vecindad (1930), La cosecha (1935), El hombre bajo la tierra (1944) y El pantano (1952).
2 Un visitante nos comenta José Antonio Osorio Lizarazo.
Escritor nacido en Bogotá, el 30 de diciembre de 1900, muerto en la misma ciudad, el 12 de octubre de 1964. Novelista, cuentista, crítico literario, cronista y ensayista político, José Antonio Osorio Lizarazo centró su obra en la ciudad de Bogotá. Estudió bachillerato en el Colegio San Bartolomé Nacional, donde se graduó en 1916. Desde muy joven incursionó en el periodismo; en 1923, con sólo 23 años de edad, ya era un ágil cronista que colaboraba en el diario Mundo al Día, con una folletinesca serie sobre la sociedad bogotana. El gran contenido social de sus escritos, en los que a la vez que narraba lo que veía, incluía distintas tesis sociales a manera de preguntas y respuestas a la realidad, hace de su obra un conjunto desigual, con tintes didácticos marcadamente moralizantes. En Bogotá, Osorio colaboró en casi todos los periódicos, la mayor parte del tiempo a nombre propio y otras veces a través del seudónimo El Solitario. En 1935 fue director del Diario Nacional; trabajó como jefe del diario barranquillero La Prensa y prestó su concurso en la organización de El Heraldo, del cual fue director desde su fundación. También fue jefe de redacción de sábado y del diario gaitanista Jornada. Ejerció algunos cargos públicos: secretario privado de los Ministerios de Guerra (actual Defensa Nacional) y Educación, y director de publicaciones de la Contraloría General de la Nación. En 1946, cuando abandonó a su jefe y amigo el caudillo liberal Jorge Eliécer Gaitán, se ausentó del país e inició un extenso periplo por toda Latinoamérica. Es particularmente importante su estancia en Argentina, donde residió desde su salida del país hasta 1955, y donde colaboró con el dictador Juan Domingo Perón, desde días después de su posesión presidencial hasta su caída; allí le fue premiada su novela El hombre bajo la tierra (primera edición en Bogotá, en 1944, y segunda en Buenos Aires, en 1950). Posteriormente vivió en Chile y luego en República Dominicana; allí fue uno de los hombres de confianza del dictador Rafael Leonidas Trujillo, quien detentó el poder desde 1930 hasta 1952, y luego siguió gobernando en la sombra, tras la cabeza visible de su hermano Héctor Bienvenido. Osorio Lizarazo colaboró en la dirección del periódico oficial del régimen dominicano, publicó la segunda edición de La isla iluminada (1953) y se hizo acreedor al primer premio nacional de literatura con su obra El Bacilo de Marx (Trujillo, 1959). Así mismo, escribió una biografía del dictador, que tituló Así es Trujillo (Buenos Aires, 1958). Otras obras "comprometidas" de Osorio Lizarazo fueron dos opúsculos sobre el general Francisco de Paula Santander, Ideas de Izquierda, Liberalismo, partido de gobierno y Gaitán: vida, muerte y permanente presencia (3 ediciones). Osorio volvió al país en 1961 y se radicó en Bogotá. Durante los tres últimos años de su vida se dedicó por entero a escribir, oficio en el que se había iniciado desde 1930 cuando publicó su primera novela, La casa de vecindad. A ésta siguieron una decena de obras más, entre ellas: Barranquilla (1932), El criminal (1935), La cosecha (1935), Hombres sin presente. Novela de empleados públicos (1938), Garabato (1939), El día del odio (1952), Pantano (1952) y Fuera de la ley, en las que además de mostrar la ciudad y sus habitantes, supo caracterizar la contradicción existente entre los conglomerados rurales y urbanos. En su último período Osorio logró escribir la novela El camino de la sombra, con la que obtuvo en 1963 el primer premio del desaparecido concurso Esso, y que se publicó póstumamente en Madrid en el año 1965. En general, Osorio Lizarazo noveló. de manera naturalista, la ciudad, su vida y sus actores más representativos: los suburbios, caracterizados por barrios bajos, cafetines de mala muerte y rincones de cantina impregnados de violencia, degradación humana y miseria. Resaltó el lado oscuro y amargo del discurrir citadino, encarnado, por ejemplo, en los empleados públicos o en los hombres y mujeres de la frustrada clase media baja, producto, todo ello, de un desmesurado e incontrolado crecimiento [Ver tomo 4, Literatura, "La novela de José Antonio Osorio Lizarazo", pp. 237240 y 245-247].