Luisa Calcumil (0000-0000) Cine y Televisión
1 Un visitante nos comenta Luisa Calcumil nació en 1945 en un barrio periférico de General Roca, Río Negro. Localidad de Gral. Roca, antiguamente llamada Fishke Menuco que significa Pantano Frío. Miembro de la comunidad mapuche y actriz notable, se ha convertido en portavoz insomne de su pueblo.
A los 23 años ingresó al taller de un precursor del teatro independiente que se había instalado en el Sur, y fue ganando experiencia hasta consagrarse como actriz frente al gran público nacional y extranjero con la película Gerónima.
Luchando contra las dificultades que se iban presentando (no sólo por pertenecer al grupo
indígena, sino también al sector trabajador que vive alejado del centro urbano), comenzó a buscar textos y estructuras dramáticas que respondieran al sentir de su gente y de sí misma. Escribió guiones sin imaginarse que en el futuro tendrían tal repercusión.
En sus obras refleja la transculturación y los actos discriminatorios a los indígenas. En una entrevista a la revista Cabal, apuntó: "Creo que la cultura mapuche, con su culto al trabajo y al respeto a la persona, tiene mucho que aportar en este momento de grave amenaza a algunos aspectos vitales de la condición humana".
Trabajo similar a Luisa realizó la bella y talentosa cantante Aimé Paimé, a quien la actriz admira muchísimo.
Luisa, además de haber filmado tres películas: "Gerónima", "Amor a América" e "Hijo del río", tiene cuatro espectáculos teatrales. Ellos son: "Es bueno mirarse en su sombra", "Alma de maíz", "Ecos de la gente de la tierra" y "La tropilla de Ruperto". El primero, fue representado con gran éxito en Madrid y Santiago de Compostela, siendo invitada a repetirlo en el festival de Cádiz, con el que ganó en 1990 el premio Leónidas Barreta a la mejor actriz. En la realización de esta obra, el texto, vestuario, iluminación, escenografía y actuación se sintetizan en un solo nombre: Luisa Calcumil. Poco antes de partir a la península mostró en el teatro San Martín "Alma de Maíz", que es otro de sus platos fuertes.
Nada de esto le ha hecho perder el hablar prudente, humilde quizás, pese a que daba conferencias en los cursos de una Universidad de España y en el mismo año inauguraba un teatro en Santiago de Compostela
Mujer Mapuche Actriz Con la piel curtida por el sol y las manos marcadas por el trabajo. Sin vergüenzas ni dobleces, con la frente descubierta recorriendo nuestro territorio para entregar su mensaje. Un mensaje que no es nada más que su testimonio de vida, con el compromiso de no callar, de no admitir. No callar su origen, su identidad. No dejar pasar por alto las cosas que sacrifican vidas. No admitir atropellos. No buscar ni propender al distanciamiento entre seres humanos, sino aportar al debate que permita distinguir los orígenes de repetidas injusticias y desigualdades
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