Miguel Miramón (1831-1867) Historia
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Militar y político. En 1846 ingresó en el Colegio Militar y al año siguiente luchó contra los estadounidenses. Salió del Colegio con el grado de subteniente de artillería y al cabo de un año (1853) ascendió a capitán. Fue profesor de táctica de infantería en el mismo Colegio Militar. Comenzó a luchar contra los liberales a partir de la proclamación de plan de Ayutla, en 1854. Defendió a Santa-Anna y cuando triunfó dicho Plan huyó a Puebla para luchar contra Comonfort. Por poco fue detenido, pero su antiguo compañero de escuela, Leandro Valle, lo salvó. Durante la Guerra de Reforma tomó Zacatecas y estuvo a las órdenes del general Osollo, con el grado de teniente. Al triunfar el Plan de Tacubaya, los conservadores eligen como presidente a Félix Zuloaga. Por méritos propios y tras la muerte de Osollo, Miramón fue nombrado jefe del Ejército conservador, en junio de 1858. Como jefe del Ejército del Norte consiguió numerosas victorias contra Vidaurri y en diciembre del mismo año ascendió a general de división. Miramón intervino directamente contra el pronunciamiento del general Miguel María Echegaray (20 de diciembre de 1858), que interrumpió el mandato del presidente Zuloaga, y en los sucesos en que participó el general Manuel Robles Pezuela, que terminaron con la vuelta al poder de Zuloaga, el 24 de enero de 1859. El 2 de febrero, el presidente de la República dejó el cargo en manos de Miramón, según decreto fechado el 31 de enero. A su vez, Miramón cedió el cargo a José Ignacio Pavón, presidente de 1a Corte Suprema de Justicia, el 13 de agosto de 1860. Fue elegido por la mayoría de los delegados como presidente interino de la República y, después de prestar juramento ante la Junta electoral, el 15 de agosto de 1860 tomó posesión de la presidencia. Parte en dirección hacia Veracruz, ciudad en la que se encontraba el Gobierno liberal de Juárez y, el 16 de febrero, la consigue sitiar; no obstante, tuvo que retirarse hacia México por el acoso de Degollado y de otros jefes liberales. La economía de su Gobierno comenzó a verse en situación precaria, casi en bancarrota. Después de conseguir la victoria de la Estancia de las Vacas (noviembre de 1859), partió de nuevo hacia Veracruz el 8 de febrero y llegó el 6 de marzo. Sitió la ciudad y propuso un acuerdo a Juárez, que éste rechazó. Se hizo con dos buques en La Habana para atacar por mar, pero la intervención estadounidense en Antón Lizardo frustró sus intenciones, por lo que se vio obligado a levantar el sitio. El día 3 de diciembre salió victorioso en Guadalajara y el día 8 del mismo mes derrotó a Berriozábal en Toiuca; pero, cuando contaba con los conservadores que se encontraban en Calpulalpan (actual San Miguel de las Victorias), fue totalmente derrotado el 22 de diciembre por González Ortega, que ya le había derrotado en Silao. Aquí terminó la Guerra de Reforma. Se estableció en México y el 24 de diciembre de 1860 acabó su Gobierno. Se exilió a La Habana con la ayuda de Dubois de Saligny y, de allí, partió hacia Europa; fue recibido primero por Napoleón III y luego por la reina Isabel II de España. Después de estar en Italia, regresó a México al mismo tiempo que partía la expedición europea, pero no pudo desembarcar en Veracruz, pues se opuso a ello el almirante inglés. Volvió a Europa; pero salió otra vez hacia América, y entró en esta ocasión por el norte para llegar el 28 de julio de 1863 a la ciudad de México. Después de dudar se ofreció a Maximiliano, pero éste le alejó enviándolo a estudiar táctica militar a Berlín. Regresó en 1866 y se opuso a las intenciones de abdicar que tenía Maximiliano. Fue nombrado jefe del Ejército imperialista y casi logró detener a Juárez en Zacatecas. Defendió Querétaro hasta junio de 1867 y luchó en las batallas de Cimatano y Casa Blanca, de las que salió derrotado. Se escondió en la casa del doctor Liceaga; Miramón fue detenido el mismo día y trasladado al convento de Capuchinas. Mejía, Maximiliano y él fueron juzgados y condenados al mismo tiempo. Se les fusiló el 19 de junio de 1867 en el cerro de las Campanas. Su cuerpo fue trasladado al Panteón de San Fernando (ciudad de México) y luego a la Catedral de Puebla en el año 1896.
