Philip Lersch (0000-0000) Sin Clasificar
1 Un visitante nos comenta Destacado maestro de la psicología alemana contemporánea, que sigue una orientación personalista y fenomenológica. N. en Munich el 4 abr. 1898. Profesor de Psicología y Filosofía y actual Director del Inst. Psicológico de la Univ. de Munich. Desde 1925 hasta 1933 desempeñó el cargo de Psicólogo de la defensa nacional. En 1929 fue promovido a docente, después de hacer su tesis doctoral. A partir de 1936 es profesor, consecutivamente, de las Univ. de Dresde, Breslau y Leichtig, y desde 1942, lo es en la de Munich. Ha sido editor y coeditor de varias revistas de psicología aplicada, caracterológica y experimental. Desde 1961 es editor de la Rev. «Perspectivas Psicológicas».
Su obra. Antes de dedicarse a la Psicología, escribió un trabajo monográfico titulado Filosofía de la vida en el presente, en el que de modo expositivo revisa la escuela alemana de filosofía que precedió al existencialismo (v.). Se inició en Psicología con su obra El rostro y el alma, que trata sobre la ciencia de la expresión (v.). También es autor de un libro sobre la psicología de los sexos: Sobre la esencia del sexo; y de otros sobre la relación entre alma y mundo y sobre la crisis de nuestro tiempo, respectivamente. Pero su obra más importante es La estructura de la personalidad, escrita en 1938, en la que ofrece una síntesis creadora de las diversas corrientes psicológicas. Recientemente ha publicado Psicología social: el hombre como ser social.
Funda la psicología general en los siguientes principios: l. Lo psíquico tiene que ver con lo viviente. Ahora bien, ¿cuándo lo viviente se convierte en psíquico? Lo hace cuando la vida del ser queda como iluminada desde dentro por la vivencia, siendo capaz, entonces, de apreciar sus modificaciones interiores. Distingue cuatro aspectos del vivenciar o funciones psíquicas: tender, percibir, sentir y conducta, los cuales están integrados en lo que él llama «el. círculo funcional del vivenciar». Ha llegado a este concepto siguiendo la teoría de la gestaltkreis (V. F. Von Weizsácker; v.). Plantea la vida anímica según un doble parámetro: horizontal y vertical. Mediante el círculo funcional de la vivencia, la vida anímica está integrada y abierta al mundo en el plano horizontal y en relación con el plano vertical. De ahí deduce que la vida anímica es pluritemática, es decir, no sólo tendencial, sino también sentimiento, conocimiento y conducta, y aún existe, en otro plano, una estructura suprapersonal o espiritual.
Los elementos del círculo funcional de la vivencia no forma un sistema cerrado: hay un entrelazamiento comunicativo entre el yo y el mundo, que constituye una «unidad existencial bipolar» y, por tanto, la vivencia no es un efecto condicionado casualmente por el mundo exterior, sino que tiene lugar una conversación entre el individuo dotado de alma y el mundo que le rodea. En el plano vertical distingue tres capas: fondo vital o capa preanímica; fondo endotímico, que comprende las tendencias, emociones y estados de ánimo; y estructura suprapersonal. Todos están entrelazados entre sí y con el círculo funcional de la vivencia, mediante el sí mismo personal. El sí mismo personal forma, según L., el centro o núcleo que integra toda la vida anímica.
2. En la elaboración de conceptos psicológicos no procede de modo delimitativo, sino acentuante; es decir, que al describir un hecho psicológico no lo entiende como separado o independiente de los otros, sino formando parte de una totalidad.
3. Un concepto clave en su caracterología es el de disposición: propensión o inclinación a experimentar determinadas vivencias anímicas (manera de sentir, dé actuar). Considera L. que dicha inclinación no varía a cada momento, «sino que tiene una relativa estabilidad. Gracias a las disposiciones, la vida anímica de un hombre, vista en el corte longitudinal del tiempo, adquiere un sello definible». La determinación de las repetidas disposiciones se verifica mediante rasgos -conceptos que la psicología recoge, en gran parte, del lenguaje precientífico- que son distintos según pertenecen a la esfera de la vivencia, de la conducta y del rendimiento. Aunque los rasgos más propiamente caracterológicos pertenecen a la esfera de la vivencia (de lo anímico), también en la conducta y en el rendimiento hay además un trasfondo anímico, y los rasgos de las tres esferas «están engarzados, igual que todos los fenómenos vitales, mediante el nexo de la integración en una totalidad estructurada», según L. Llama «cualidades primarias» a aquellos rasgos del carácter, principios básicos organizadores de la personalidad y no supeditables, que determinan todos los demás rasgos anímicos de un hombre.
4. Propone L. una psicología enfocada desde el punto de vista personalista. Con el concepto persona (v.), intenta integrar los cuatro enfoques de la vida anímica: el de la psicología general, el de la evolutiva, el de la caracterología y el antropológico. Y así, explica cómo la persona engloba esos cuatro enfoques de la psicología.
5. Para L., la convivencia humana no consiste en un «estar-juntos aditivo», sino que es una parte de un conjunto más amplio. En este conjunto está el ser humano conviviendo con otros seres de su espacio, regulado por relaciones de obligatoriedad general y desempeñando distintas tareas. Por eso examina la convivencia humana tanto desde la perspectiva de lo que se da entre los hombres, como desde la influencia del ambiente cultural y de la estructura social en ese acontecer. Como K. Lewin (v.), afirma el carácter de «campo» de la convivencia humana.
Valoración y juicio crítico. Gracias al uso que hace del método fenomenológico, L. ofrece la descripción fenomenológit;a de muchos aspectos de la personalidad no tratados por las escuelas de psicología, que no utilizaban este método de trabajo -como la serenidad, el sentimentalismo, la cordialidad, la simpatía, la pedantería, etc-. Su psicología fenomenológica ha marcado un primer paso hacia una investigación mucho más aquilatada. El enfoque de lo psíquico en L., entrelazados el plano horizontal (el círculo funcional del vivenciar) y el vertical (el fondo vital, endotímico y estructura suprapersonal), aunque fenomenológico, sigue siendo estático; le falta una perspectiva dinámica, que se adapte más al modo de ser humano: un ser en proceso de devenir.
J. RUBIO ESPINA.
BIBL.: Obras principales de P. LERSCH, Psicología social: el hombre como ser social, Barcelona 1967; La estructura de la personalidad, 3 ed. Barcelona 1966; El rostro y el alma, 5 ed. Madrid 1961; Sobre la esencia del sexo, 3 ed. Madrid 1959.