Segismundo Casado (1893-1968) Historia
1 Un visitante nos comenta Militar español. Comandante de la escolta del presidente de la República (1934-1936). Se sublevó en Madrid en marzo de 1939 contra Negrín, derrotó a los partidarios de éste en la capital e intentó llegar a una paz negociada con Franco, pero fracasó y se exilió. Volvió a España en 1961.
2 Un visitante nos comenta Segismundo Casado López nació en Nava de la Asunción (Segovia) el 10 de octubre de
1893. Los primeros estudios los realizó en la escuela de su pueblo. El 20/05/1908 aprobó, con
15 años de edad, el primer ejercicio para el ingresó en la Academia Militar de Caballería
de Valladolid. En 1911 finalizó los estudios, y con diecisiete años fue promovido a teniente del
Arma de Caballería.
El 16/07/1911 es nombrado segundo teniente y destinado al Regimiento Cazadores de Almansa.
En agosto de 1911 es destinado al Regimiento 4º de Caballería de guarnición en Burgos. En este
mismo mes se dispone que pase a practicar un año sus conocimientos de Oficial de Caballería
en el 1er Depósito de Caballos Sementales, situado en Jerez de la Frontera. Posteriormente es
destinado al Regimiento de Lanceros del Príncipe, 3º de Caballería, desde el que solicita hacer
el Curso de la Escuela de Equitación Militar. Termina el curso 1912-1913 y se le concede la
Cruz de 1ª clase del Mérito Militar con distintivo blanco como recompensa por haber obtenido una nota media superior a diez.
En 1914 realiza un nuevo curso de dos meses de duración, en la Escuela Central de Tiro,
obteniendo una felicitación expresa del Cuarto de S.M. el Rey. En 1915 recibe orden de incorporarse al curso de explosivos, especialidad requerida para el mando de las Secciones de Obreros y Explosivos en los Regimientos del Arma. Por la aplicación mostrada es felicitado oficialmente. En 1917 coadyuvó con el Regimiento al mantenimiento del orden público,alterado en la Corte con motivo de la huelga general habida durante los días 13 al 24 de agosto.
En junio de 1918 ingresó, como primer teniente, en la Escuela Superior de Guerra.
El 9 de abril de 1919 es ascendido a capitán, y se le concede “mención honorífica” por el celo y
competencia demostrado en la instrucción de tiro del Regimiento.
El 3 de septiembre de 1920 se le concede Real licencia para contraer matrimonio con Doña María
de las Mercedes de la Calle Condado,que fue su primera esposa de la que acabó divorciándose poco
tiempo después. Contrajo nuevo matrimonio con doña Carmen Santodomingo de Vega, con la
que tuvo dos hijos, Carmen y Segismundo. En su exilio londinense mantuvo una relación
sentimental con Mrs. Nora Purcell, con la que tuvo una hija que murió prematuramente.
El 7 de octubre de 1921 fue trasladado a Larache (ciudad portuaria en el noroeste de
Marruecos). En esta unidad fue agregado a la Compañía de Ametralladoras, y a lo largo de
noviembre y diciembre es empleado en la protección de convoyes en diversas posiciones
(Berbex, Ain Kamur). A las órdenes del coronel Dabán, contribuye a la ocupación de un reducto
enemigo, y es citado en el parte de este día como “muy distinguido”. El día 22 vuelve a
intervenir en la misma columna para establecer nuevas posiciones defensivas. El día 26 actuó
nuevamente con satisfacción de sus jefes, que hicieron publicar en su Hoja de Servicios la
siguiente nota: «Como acto de justicia merece consignarse que este Oficial durante el tiempo
que ha prestado sus servicios en concepto de agregado al Batallón de León, ha merecido de sus
jefes la más alta estimación por su clara inteligencia, su celo en el servicio, su espíritu militar y sus iniciativas, lo que hace que pueda calificársele como muy brillante Oficial. Sus trabajos en el Batallón deben considerarse, sin exageración ninguna, como muy meritorios, y tanto en el combate del día 19 de diciembre, como en el del día 22 del mismo mes, prestó muy valiosos
servicios en la transmisión de órdenes y mantenimiento de enlace con otras tropas, desplegando su mucha actividad y sus vastos conocimientos militares, haciéndose acreedor a figurar en el parte de la acción como ‘Muy distinguido’, como así se hizo».
En marzo de 1922 pasa a continuar las prácticas de Estado Mayor, primero en el Regimiento
Mixto de Artillería, y después en la Comandancia General de Ceuta. En marzo de 1923 recibió
el Diploma de Estado Mayor. En 1925 es destinado al Regimiento de Lanceros de la Reina 2º de
Caballería, de guarnición en Madrid, donde se le da el mando del tercer Escuadrón.
En 1929 obtiene el ascenso a comandante, por elección. En enero de 1930 es designado
profesor auxiliar del primer Curso de Táctica y Servicio de Estado Mayor en la Escuela de
Estudios Superiores, que en 1931 pasó a llamarse Escuela Superior de Guerra. Fruto de su
actividad como profesor publicó, en 1933, el libro “Empleo de la División de Caballería en el
Servicio de Exploración estratégica”.
Reincorporado al aparato militar del Estado, fue nombrado jefe de la Guardia Presidencial de
Niceto Alcalá-Zamora en 1934, continuando en el mismo puesto con el presidente Manuel
Azaña al estallar la Guerra Civil.
El 3 de septiembre de 1936 se incorpora a las operaciones en la Sierra de Guadarrama como jefe
de la columna Galán. A principios de octubre de 1936, con Largo Caballero como Presidente
del Gobierno y Ministro de la Guerra, es nombrado Jefe de Operaciones del Estado Mayor del
Ejército republicano, puesto en el que “se distinguió como un brillante planificador”.
En octubre de 1936 es ascendido a teniente coronel.
El 18 de octubre, el Estado Mayor Central republicano dio orden de que se constituyeran las seis primeras «brigadas mixtas». Las Brigadas se hicieron depender de la División Orgánica de
Albacete, a las órdenes del teniente coronel Segismundo Casado. Estas unidades constituirán la
matriz de lo que será el primer Ejército regular republicano. Cuando se forma el primer gobierno de Juan Negrín tras los sucesos de mayo de 1937, el nuevo Ministro de Defensa, Indalecio Prieto, le asigna a Casado, “buen organizador y capaz de imponer la disciplina”, la tarea de culminar la reorganización del Ejército.
Al ser creada en Valencia la Escuela Popular de Estado Mayor, se le encomienda su dirección.
En junio de 1937 es nombrado por Indalecio Prieto Inspector General de Caballería, “sin perjuicio de su destino de Director de la Escuela Popular de Estado Mayor”. Estando en Valencia, recibió la orden de que se hiciera cargo del mando del XVIII Cuerpo de Ejército, en sustitución del teniente coronel Enrique Jurado. En la ofensiva sobre Zaragoza, en el verano de 1937, Casado asume el mando del XXI Cuerpo de Ejército.
El 5 de mayo de 1938 es ascendido a coronel.
Tras la salida de Prieto del Gobierno, el Presidente Negrín nombró a Casado, en mayo de 1938, Jefe del Ejército del Centro. Su nombramiento como jefe del Ejército del Centro fue bien recibido por todo el arco político, incluido el Partido Comunista. El periódico Crónica el 10 de julio de 1938 escribía: «El coronel Casado, jefe del Ejército del Centro, es seguramente el hombre que más trabaja en toda la región de su mando. La jornada laboriosa del ilustre jefe da comienzo a las seis de la mañana, hora en que ya está ante la mesa de su despacho, resolviendo los asuntos del día, antes de entregarse de lleno a las absorbentes y varias atenciones de su alta misión. Y esa jornada de prodigioso esfuerzo sólo termina a hora muy avanzada de la noche. El coronel Casado ignora la fatiga y apenas si conoce el descanso».
El 25 de febrero de 1939 Negrín le asciende a general. “Tal ascenso (tan inoportuno como
innecesario, escribe Casado en The Last Days of Madrid) levantó en mí la sospecha de que lo
que se pretendía era reemplazarme como jefe del Ejército del Centro”. Alegando que no había
sido refrendado por el Presidente de la República, el propio Casado propondrá la anulación del ascenso, y el 13 de marzo de 1939 el general Miaja firmó el decreto cancelando el
nombramiento. La disposición anulando el ascenso fue publicada en el Diario Oficial de la
Consejería de Defensa el día 15/3/1939. El decreto se reprodujo en la Gaceta de la República del 27 de marzo.
En torno al coronel Casado se fueron agrupando muchas voces descontentas procedentes de los
sectores anarquistas y de la izquierda no comunista. El cansancio y la conciencia de la
irremediable derrota se habían ido adueñando de la mayoría de los dirigentes políticos y de los
jefes militares. Continuar la guerra, sin posibilidad de victoria, era -pensará Casado- cometer un delito de lesa humanidad. Durante algún tiempo confió en que Azaña destituyera a Negrín y que Besteiro ocupara su lugar para negociar la paz.
A las veinticuatro horas del 5 de marzo de 1939 “en virtud de hallarse declarado el estado de
guerra y ante la necesidad de asumir funciones fundamentales del Estado que han quedado
completamente desatendidas” procedió a la constitución del Consejo Nacional de Defensa. El
Consejo representaba prácticamente a todos los elementos, excepto los comunistas, del Frente
Popular en la zona de Madrid. Lo que se pretendía era poner fin a una guerra inútil, ahorrándole
al pueblo la gloria ensangrentada de la resistencia numantina propugnada por Negrín. El
problema es que el nacimiento del Consejo Nacional de Defensa supuso el fin de la guerra, pero no pudo evitar la represión por parte de los nacionales, que impusieron por la fuerza la rendición sin condiciones del ejército republicano.
En la tarde del 27 de marzo, tras más de 32 meses de guerra, se rompe el frente de Madrid. Al
día siguiente se lleva a cabo, en las inmediaciones de las ruinas del Hospital Clínico, la rendición oficial de la ciudad. Cumpliendo órdenes del coronel Casado, el coronel Adolfo Prada realizó la simbólica entrega de la ciudad. Madrid no fue tomada; se entregó sin resistencia y sin derramamiento de sangre.
A pesar de los esfuerzos realizados por la Junta de Defensa por conseguir un final pactado, les
fue impuesta la rendición sin condiciones. Miles de españoles abandonaron el país temiendo la
venganza de los “vencedores”.
El 30 de marzo de 1939, siguiendo la sugerencia hecha por los emisarios de Franco, él y varios.
miembros del Consejo Nacional de Defensa y todas las personas que estaban en el muelle del
puerto de Gandía –un total de 194 pasajeros- subieron a bordo del buque británico Galatea. Casado, enfermo, pasó la noche acostado en una colchoneta en la cubierta del barco. Al día siguiente lo trasladaron a la enfermería.
Dos días después fueron trasladados al barco hospital Maine, que zarpó rumbo a Marsella a
donde llegó el 3 de abril. A su llegada al puerto les esperaba un tren especial, custodiado por
gendarmes, que les llevó a Dieppe, donde embarcaron rumbo a Londres: “A pesar de tantas
tribulaciones abandoné España convencido de que había prestado a mi Patria un buen servicio
y esto me endulzó la amarga vida de un largo exilio”. Su mujer y sus dos hijos se quedaron en
España. En Londres vivió siete años.
“The Last Days of Madrid - The End of the Second Spanish Republic” es el título del libro de
memorias que publicó en Londres en 1939. Se trata de un libro testimonial con el que pretende
explicar las razones por las que el Consejo Nacional de Defensa, dirigido por él, asumió el poder del Gobierno, hecho que propició el fin de la guerra española y el de la II República. Señala que lo escribe para responder a los insultos y calumnias que sobre él estaban vertiendo el doctor Negrín y el Partido Comunista.
En Londres colaboró, desde 1942, como comentarista militar en las emisiones de la BBC para España;en sus crónicas, que se emitían los miércoles a las 14:15 y a las 22 horas, comentaba las características técnicas de las acciones de la guerra mundial en cada momento.
A principios de 1947, debido a las penosas circunstancias del exilio londinense, decidió emigrar primero a Colombia y después a Venezuela, donde trabajó en la industria láctea. Se trasladó a España con su esposa en septiembre de 1961 y se instaló en un pequeño piso en Madrid. En 1966 sufrió una segunda trombosis coronaria que le dejó impedido para andar. Recluido en
casa, su entretenimiento era escribir y la lectura.
En marzo de 1968 reeditó sus memorias en castellano con el título “ASÍ CAYÓ MADRID.
Último episodio de la Guerra Civil Española”, en las que expresa un doble motivo para su
publicación: a) “Han pasado muchos años y la difamación sigue con la misma terquedad, por lo
que me veo en la necesidad de aprovechar esta publicación para impugnar en legítima defensa
los cargos que me hacen el Partido Comunista español y todos los comunistas que escriben
sobre la guerra civil española”. b) “Quedo con la esperanza de que estos relatos que ofrezco al
lector puedan servir, al correr del tiempo, como una aportación a la historia de esta Guerra, la
más despiadada y la más cruel de todas las que ha padecido España”.
Falleció el 18 de diciembre de 1968, en la Clínica de la Concepción, en Madrid, a causa de un
fallo cardíaco. Sus restos recibieron cristiana sepultura en la Sacramental de San Justo.
En la hora postrera Segismundo encarnó el realismo y el sentimiento humanitario frente a la
insensatez y al fanatismo de otros. No hay duda de que su desesperado gesto salvó muchas
vidas. Los que le conocieron afirman que practicó, hasta el fin de su vida, el culto a la amistad y a la lealtad. Lo que el coronel Casado nunca perdió, ni en su vida ni en la derrota de la guerra,fue la dignidad de haber estado luchando por los ideales en los que creía: Justicia, Libertad y la República.