javier alberka (1960-0000) Arte
1 Un visitante nos comenta Resumir en unos breves párrafos la biografía de alguien como Javier Núñez Alberka, es tarea ímproba. Si lo intento,a pesar de todo,se debe a mi afecto por el amigo,mi admiración por elartista y mi asombro por el proteico personaje que es capaz de fajarse con casi todo.Es pintor,perotambién es periodista (independiente como a él le gusta decir y ha demostrado más quesobradamente ), vocaciones ambas sabiamente desarrolladas a lo largo de bastantes años, no obstante su juventud.
Javier nació en un esportón, allá por tierras catalanas, en Figueras, en las canículas deagosto del año 1960. Dejemos para otro momento y lugar el cúmulo de casualidades que llevan aeste algecireño/tarifeño a ver la luz en la patria chica de Dalí ] . Sí conviene conocer que su padre era un hombre ligado al mundo de los toros, lo cual supuso para nuestro pintor un contacto directocon ese universo,desde su nacimiento mismo. Su ajetreada niñez y adolescencia estuvo siempremediatizada por la profesión del progenitor. Ello le llevará de un extremo a otro de la piel de toro.Por fín, unos años de relativa tranquilidad en Madrid, ciudad en la cual Javier estudiaráBachillerato.Y será allí donde eclosione su otra vocación: la periodística. Trabaja durante bastantesaños con Mariví Romero Onda Cero Radio en programas nacionales dejará constancia de su talantede periodista independiente. Y actualmente, tenemos el placer de escuchar sus juicios inparciales en la CADENA C.O.P.E
¿Y la pintura?.Aquí tiene mucho que decir su tía Manolita Alberka, afamada y laureada pintora manchega quien se convierte en maestra de pinceles del jovencísimoJavier.Cuando hablamos de esa época, me suele decir: - Todo cuanto sé, se lo debo a ella.Enefecto, será ella quien le instruya en todas las técnicas pictóricas: el dominio de los efectos,lailuminación apropiada a cada escena, la mezcla de colores, la perspectiva, la armonía, el equilibrio figurativo, los contrastes de planos y un largo etcétera.
Javier Núñez Alberka presenta en esta exposición una crónica cromática extraordinaria.Su ojo se fija no tanto en detalles concretos como en globales escenas de combate que reflejan el dramatismo de las situaciones y que desgranan en sucesivos momentos todo el ceremonial de laFiesta Nacional. Se tiene la impresión, a lo largo del recorrido, que el artista se sitúa en elevado observatorio y desde allí nos transmite los instantes cumbres de la lucha a muerte entre el hombre y el toro.Voluntariamente evita la prolijidad, y a pesar de ello sus pinturas rebosan de sugestivo realismo.Los cuerpos del hombre y el toro se agitan de forma violenta hasta producir en elespectador la impresión de vitalidad exuberante que anima a los dos contendientes. Sentimos el esfuerzo titánico de ambos antagonistas en el palenque circular, y la paleta, con estudiado juego de contrastes dicroicos, provoca una viva impresión de fuerza y dinamismo en las figuras.
Toreros,banderilleros,picadores y rejoneadores se plasman en las decenas de cuadros de la presente exposición. Sucesión de imágenes que Javier Núñez va conformando en sus pinturas.Escenas que conservan la frescura y todos los matices de algo vivido con intensidad desde su primer despertar. Se equivoca quien busque en él al pintor academicista, de cánones racionales einexpresivos, de pintura de taller o de escenas bucólicas, en una palabra, de un mundo ficticio y artificial. Antes bien, su poderosa sensibilidad idealiza,glorifica y cristaliza la quinta esencia de la belleza ritual de esta tragedia. Ahí radica su originalidad
No pinta toros de campanilla,sobreros ,mansos o del aguardiente,degradación de la noble casta del animal totémico. Son los toros de muerte los protagonistas. Aún para los desenamorados de esta ceremonia, - incapaces por lo mismo de sumergirse en el esoterismo de lo sagrado- estos cuadros nos embargan estéticamente por la belleza que rezuman. El picador hundiendo la pica en la cruz de su noble y bravo contendiente; la belleza y elegancia del banderillero,vestido de grana y blanco,en el instante de poner un par de banderillas rojas y gualdas,al tiempo que hurta su cuerpo ala embestida fatal; o esa escena de rejoneo,donde el albero de la plaza se difumina y jinete,caballo ytoro alcanzan tonos de mágica irrealidad. Escenas todas de un protagonismo compartido y cuyo desenlace se intuye.
Quiebros,reboleras,capotazos,verónicas y muletazos se presentan a nuestra retina como fotogramas de una película que exalta la conducta heroica de un tipo de hombre marcado por la compulsión trágica del destino y la asunción del sufrimiento.Frente al innominado minotauromoderno, el torero, vestido de luces para oficiar
Javier Núñez Alberka sigue la tradición que inspirara a un Goya,a un Zuloaga,a un Váz-quez Díaz, a un Picasso y a tantos y tantos grandes pintores españoles,con la salvedad de que ninguno de ellos dedicó tan gran número de cuadros al tema tauromáquico como pueden admirarse en esta exposición. Su contemplación nos trae a la memoria poemas de Lorca,Alberti o Cossíoinspiradas en el toro, o argumentos de novelas leidas en nuestra recién estrenada juventud.¿Cómo olvidar “Sangre y Arena” de Blasco Ibáñez , “Fiesta” de Hemingwai, o “Llevarás luto por mí” deD.Lapièrre ?.Hoy que necesitamos ubicar personas y cosas para nuestra comodidad de coleccionistas,¿dónde situar a Javier?. ¿ Miembro de la cofradía de los Expresionistas? ¿Fauvista?¿Impresionista?. ¿Ecléctico? Sus pinturas no reflejan, sin más, una realidad exterior, meras copias , más bien son proyecciones del pintor, en tanto que sujeto,sobre el objeto; transmiten vivencias,idealizan personajes, huyen de las imágenes de espejo. En vano esperemos una reproduccióndetallista de toreros,toros y caballos, sólo encontraremos la expresión de una emoción intensa (loque no es poco). En casi todos sus pinturas se suprimen las sombras y se substituyen por colorescálidos,puros,que evocan a viejos fauvistas. Restringe voluntariamente la gama de colores, a pesarde ser fiesta polícroma,con predominio de los rojos,la sangre, y el negro, el luto, sublime síntesis dela lucha hombre/toro.Por eso se me antoja difícil catalogarlo.Tal vez sea, también en esto,independiente
Se ha dicho que el tercer protagonista en esta ceremonia sangrienta es el público,la“afición”.Paradójicamente, éste no aparece nunca,salvo la excepción del cuadro que lleva portítulo:”Picador derribado”.A Javier, buen conocedor de la Fiesta, no le interesa; parece quererdestacar el distanciamiento insalvable entre los verdaderos protagonistas y aquellos otros que son simples espectadores. Sus pinturas recogen momentos distintos de esa ceremonia ritual que alcanzasu climax con la muerte de uno de los dos protagonistas.Todo lo demás se desdibuja hastadesaparecer de la retina y de la atención del pintor: arte y fuerza, nada más.Termino estos párrafos de presentación agradeciendo a Javier Núñez que haya claudicado ante las llamadas de la amistad. Enemigo como ha sido siempre de la exposiciones, hemos podido convencerle para que sus trabajos de años salgan del estudio y puedan ser contempladas por todoslos amantes del arte.Vivamos la fascinación.
J.D.LÓPEZ BONILLO CATEDRATICO DE FILOSOFIA Y ESCRITOR