Paul Gauguin (1848-1903) Arte
1 Un visitante nos comenta
Gran pintor francés, considerado padre del impresionismo sincretista. De ascendencia española y peruana, vive sus primeros años de vida en el Perú. Se embarca y hace varios viajes. Ya casado se instala en Pont Aven y se dedica a los negocios hasta que decide abandonar a su familia y todo lo demás por la pintura. Viaja a Martinica donde permanece un año pintando, decide regresar e instalarse de nuevo en Pont Aven, allí, rodeado de un grupo de jóvenes pintores crea un taller de pintura. Entre éstos figuran Denis, Ibels y Maillol. En 1888 hace amistad con Van Gogh, pero éste se encontraba ya enfermo mentalmente, por lo que Gauguin abandona Arles rápidamente. En Pont Aven pinta algunos de sus cuadros más conocidos, El Cristo amarillo (1889), La lucha de Jacob y el ángel y su famoso Autorretrato, todos de gran sencillez, sin embargo han sido considerados como las mejores pinturas de esa época. Gauguin, ansioso por conocer lugares nuevos, viaja y en 1891 se marcha para Tahití en busca de la pureza primitiva. En la isla empieza a conocer todos los mitos religiosos y culturales que pronto plasma en los cuadros de esta primera estancia: Te Matete, Noa Noa, Laorana María, Siesta, El mercado, Pastorales tahitianas, Cuándo nos casamos, Manao Tupapao, El espíritu de los muertos vela, etc. Todos son una búsqueda del espíritu maorí, y por fin Gauguin parece haber encontrado lo que tanto buscaba. En una segunda etapa de su vida artística, las escenas que representa en sus cuadros son de carácter filosófico enmarcados por inquietudes del destino humano que expresa en Maternidad (1896), ¿Quiénes somos?, ¿A dónde vamos?, ¿De dónde venimos? (1897, Boston). El estilo que emplea es de un colorido arbitrario, siempre al encuentro de lo exótico y tratando de liberar al arte de la naturaleza, pues sólo así puede expresar su mundo interior. Define el plano pictórico y la profundidad de la pintura con el sincretismo. La obra la sitúa entre el sueño y la realidad y sus últimos trabajos los realiza en la isla de Hiva-Ova; las composiciones de Jinetes en la playa y El oro de los cuerpos son una exaltación de la barbarie y la emoción. La llamada (1902, Museo de Cleveland) y Caballos en la playa (1902, Colección Niarchos, París) son sus últimas obras. No podemos olvidar sus tallas en madera, la labor literaria que desempeñó ni su grandiosa influencia en el rumbo a la pintura moderna.