Nacho Lopez (0000-0000) Cine y Televisión
1 Un visitante nos comenta Ignacio López Bocanegra nació en Tampico en 1924. El empleo de su padre lo llevó a él y a su familia a recorrer y vivir en varios lugares de la República. Durante su infancia y juventud Nacho vivió en Tampico, en Orizaba, y en Mérida. Su padre como representante de ventas de la compañía Palmolive tenía a su cargo la publicidad y promoción de los productos Palmolive; preparaba para esto llamativos aparadores que orgullosamente congelo en el tiempo con imágenes fotográficas. Motivado por su padre y por una cámara Brownie que como Nacho decía había sido regalada por un tío, "empezó con furia a retratar todo lo que veía, limitado solamente por el "domingo" que recibía para sus gastos y que era de 5 pesos" (Ernesto López Bocanegra, hermano de Nacho).
En Mérida, Yucatán, Nacho fundó el "Club Foto-Afición Yucateca". Participó en el Diario del Sureste con notas periodísticas para una columna de noticias sociales llamada "Trapitos al sol". Estudió secundaria y preparatoria en la "Escuela Modelo", en donde, como Nacho expresaba, la educación izquierdista recibida marco sus profundas convicciones políticas: "En mi época escolar, en el régimen de Cárdenas, se impartía la educación socialista: cantábamos la Internacional.... Estaba en boga la valorización nacional de las artes, la Reforma Agraria y el folklore indígena" (López, 1973. "¡Cuidado! el "Gran Hermano"nos vigila").
La familia Bocanegra se trasladó a la Ciudad de México en el año de 1944. En la ciudad Nacho inició sus primeros estudios y trabajos en el ámbito del cine y de la fotografía. Atraído por el cine del inicio de los años 40's decidió aprender cinematografía, solicitó entonces su incorporación como ayudante de camarógrafo en la Unión de Trabajadores de Estudios Cinematográficos. Trabajó como "extra" y ayudante del camarógrafo Kenneth Ritcher. En 1945 inició sus estudios en el Instituto de Artes y Ciencias Cinematográficas de México. Posteriormente, Víctor De Palma, fotógrafo de la revista Life y a quien Nacho consideró como su primer maestro e impulsor en el ámbito fotográfico, designó a Nacho como asistente y laboratorista en su "Estudio Fotográfico D'Palma".
En 1948 Nacho vivió en Venezuela. Trabajó como maestro de técnica fotográfica en la Escuela de Periodismo de la Universidad Central en Caracas. Durante ese tiempo realizó sus primeros registros como fotoreportero. Cubrió el golpe militar del Coronel Marcos Pérez Jiménez quien derrocó al Presidente de Venezuela Rómulo Gallegos y registró en Nicaragua la boda del General Somoza. En ese tiempo Nacho colaboró con agencias de noticias internacionales como lo es la Agencia Black-Star. Al finalizar su estancia en Venezuela realizó su primera exposición individual y organizó también una muestra fotográfica colectiva con sus alumnos.
A su regreso a México, Nacho dio inicio a su conocida etapa de fotoreportero de los años 50's. Recorrió con cámara en mano las calles, cantinas, iglesias, colonias populares y los rincones populares de la Ciudad de México. Parte de este material fue publicado en reportajes, los cuales en varias ocasiones acompañó con sus propios textos y pies de foto. Su colaboración en medios informativos inició con las revistas Así y Mañana. Después colaboró en Siempre!, Hoy y esporadicamente con algunas revistas internacionales como Life edición en español.
Durante esta época dedicó también gran parte de su esfuerzo y creatividad al registro fotográfico de ensayos, clases y funciones de grupos de danza contemporánea. Nacho contaba que su acercamiento a la danza surgió al acompañar a su hermana, la bailarina Rocío Sagaón, a sus ensayos y clases. El movimiento dancístico gozaba en esa época de una gran vitalidad provocada por la búsqueda y reforzamiento de los conceptos e ideas nacionalistas. Numerosos artistas, coreógrafos, compositores, pintores, participaron en este movimiento. Nacho colaboró con textos, poemas e imágenes fotográficas que fueron expuestas y difundidas en revistas como Artes de México y Bellas Artes. Participó en la exposición colectiva "La Danza en la Plástica Mexicana" integrada por obra fotográfica y gráfica realizada, entre otros, por Miguel Covarrubias, José Chávez Morado, Carlos Mérida y Arnold Belkin.
Su primera exposición individual en la ciudad de México se inauguró en el Salón de la Plástica Mexicana en 1955. Posteriormente en 1956 Nacho fue invitado por la Panamerican Union de la OEA para exponer en Washington, Estados Unidos. En esta exposición presentó su trabajo fotoperiodístico de la ciudad de México. Sus fotos dramáticas e irónicas sobre la religiosidad, la vida cotidiana de la gran ciudad y sus personajes populares fueron calificadas de denigrantes, no reflejaban de acuerdo a las autoridades el México verdadero moderno y próspero.
En ese mismo año Nacho incursiona en la cinematografía. En una carta enviada al Jefe de Artes Plásticas de la Unión Panamericana (Washington, E.U), Nacho comenta su decisión de retirarse temporalmente de la foto fija y expresa en ésta: "El manejar la materia cinematográfica me ha apasionado tanto con la oportunidad de experimentar cualquier idea que se me ocurra, que estoy entregado a ella". Fue invitado a participar en el desarrollo de documentales en el Instituto Nacional Indigenista, en aquel entonces bajo la dirección del Dr. Alfonso Caso. Realizó para esta institución su primer corto-metraje en las zonas mazateco y tzeltal-tzotzil, dirigida por José Arenas. De esta manera, Nacho dio inicio a su trabajo fílmico el cual le ocupo varios años, desempeñándose como director, camarógrafo y guionista para noticieros fílmicos, documentales y corto-metrajes, insertado en proyectos institucionales, privados-comerciales y otros personales.
Participó como fotógrafo y director realizando reportajes cortos en Cine verdad, Cine mundial, Cine selecciones y Cinescopio. Entre 1967 y 1968 trabajó en cine publicitario y comercial para compañías privadas como Colchones Príncipe, Relojes Citizen y Corona XXX; realizó además diversos documentales, algunos fueron premiados, como "El caballo pura sangre" sobre la crianza de caballos de Justo Fernández con el cual ganó un premio "Teponaxtli de Malinalco" otorgado por la Asociación Mexicana de Publicistas.
En 1969 fundó su compañía "Nacho López Producciones, S.A." de esta manera planeaba realizar películas independientes y experimentales, las cuales comentó "...tratarán sobre las cosas que nos preocupan diariamente, como seres humanos conscientes de una realidad contradictoria. Serán el comentario de esa realidad: la exposición de fenómenos políticos y humanos dentro del llamado tercer mundo en que vivimos" (Olmos, 1966). Nacho imagino y escribió así varios guiones que pensaba en algún momento llevar a la pantalla, muchos quedaron inconclusos otros no obtuvieron apoyo ni recursos. En colaboración con el escritor Lizandro Chávez Alfaro preparó Morir en la Hoguera, guión crítico sobre la burocracia y sus consecuencias, para el cual no lograron obtener recursos ni apoyo y si en cambio critica y censura. Otro ejemplo de los documentales y corto-metrajes que quedaron inconclusos fue el preparar un guión sobre la vida de Aquiles Serdán con la intención, decía Nacho "...de llevar a la pantalla películas con estricto apego a los documentos históricos" (Rovirosa, 1990).
Nacho consideró como su obra cinematográfica mas importante, el documental "En un lugar del mundo" en blanco y negro 35mm, basado en un guión de Carlos Prieto sobre la Revolución Cubana. En una estancia de seis meses en la isla, Nacho y el equipo de filmación, registró los primeros tiempos de La Habana triunfante, recrearon escenas de la guerrilla en la Sierra Maestra y filmaron escenas de la vida cultural y política de La Habana libre. Al regresar a México, sin embargo, por censura, falta de recursos y apoyo por parte de los patrocinadores Televisa-Azcarraga, las cinta quedo sin editar.
El corto-metraje de 30 minutos con el cual obtuvó en 1972 la Bovina de Plata en el IV Festival Internacional de Guadalajara de Cortometraje, se titula "Los Hombres Cultos" Nacho desde tiempo atrás preparó el guion, la trama da inicio después del estallamiento de una bomba atómica y aborda temas y discusiones sobre los conflictos y problemas humanos en las sociedades modernas. Para realizar esta producción independiente Nacho llevó a cabo la dirección, filmación y edición de la misma. Con el apoyo de varios amigos escritores, fotógrafos, pintores y bailarines, quienes además fueron los actores, logró financiar su producción. Su interés por realizar la dirección de actores para este corto y otros trabajos fílmicos lo motivó para tomar cursos de dirección y de teatro con el actor Dimitrio Sarras.
Tlatelolco 68 dejó en Nacho una marca profunda. Nacho decidió entonces alejarse del cine comercial y publicitario y retomar la fotografía fija en blanco y negro (carta Nacho al articulista Manuel Berman de la revista "Punto y Aparte", Xalapa, Ver. 1980). Años después apartado entonces del cine documental y publicitario, Nacho comentó sobre éste "…era todo por encargo, es decir, no había oportunidad de plantear en serio problemas sociales, problemas económicos, problemas humanos"; en el caso del cine institucional remarcó "casi todos los documentales eran de tono triunfalista porque las agencias institucionales siempre quieren ver lo positivo". De acuerdo a Nacho el cine documental sufría de serias limitantes, las más graves consideraba él, eran la auto-censura, la censura del productor y la de la Dirección de Cinematografía (Nacho López, 1973. "¡Cuidado! el "Gran Hermano" nos vigila" y Rovirosa, 1990).
Durante los años 60's, aparte de sus trabajos fílmicos y de su participación en el Instituto Nacional Indigenista y en otras instituciones, Nacho expuso su material en varias muestras. Algunas de éstas fueron "Los Interioristas" (1961), "Cincuenta Imágenes de Jazz" (1962) y "Caleidoscopio Fotográfico" (1965). El movimiento llamado "Los Interioristas" lo conformó un grupo de pintores, entre ellos, Arnold Belkin, Francisco Icazas, Leonel Gongora y Francisco Corzas, Emilio Ortiz. Este grupo promovía en respuesta y crítica al abstraccionismo, un arte ligado al hombre, tanto en su individualidad como en su conjunto en la sociedad. La exposición "Cincuenta Imágenes de Jazz" integrada por dibujos del pintor y escultor Pedro Cervantes y fotos de Nacho López, constituyó también una búsqueda, en esta ocasión una búsqueda plástica, a través del dibujo y la foto en alto contraste se propusieron captar la esencia del jazz, su estridencia y ritmo reflejado en los músicos, los instrumentos y el público. La exposición "Caleidoscopio Fotográfico", constituyó una amplia y numerosa retrospectiva integrada por 700 fotografías y expuesta en la Ciudad de México y en Cuba.
A partir de 1976 Nacho inicia su labor como catedrático, en un principio en la Facultad de Artes Plásticas de la Universidad Veracruzana y posteriormente también en el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos de la UNAM. Algunos de los cursos que impartió fueron "Análisis de la imagen", "Taller de Expresión Fotográfica" y "La crítica de los medios masivos de comunicación". Nacho dedicó gran parte de su tiempo en la preparación de sus clases, solía grabar las discusiones que se entablaban en clase para retomar y profundizar en temas que consideraba de relevancia. En diversas ocasiones comentó y enfatizó la necesidad de crear centros de estudios especializados en fotografía e incluso en años anteriores a su a su etapa como maestro, opinó sobre la necesidad de formar una escuela mexicana de la fotografía en contexto con la cultura, condición social y bagaje histórico y del país ( ).
En 1977 participó como concursante junto con otros 23 fotógrafos en la Bienal Gráfica organizada por el Instituto Nacional de Bellas Artes. Por primera vez en una Bienal la obra fotográfica fue incluida, sin embargo el comité seleccionador omitió su decisión por considerarla imposible de juzgar con el mismo criterio que la obra gráfica. Este suceso tuvo un gran impacto en el ámbito fotográfico mexicano y se entablaron importantes discusiones sobre la fotografía y el quehacer del fotógrafo. Anteriormente se fundó el Consejo Mexicano de la Fotografía, Nacho tomó parte en la fundación de este Consejo y participó también en reuniones, mesas redondas y conferencias en las que se plantearon diferentes temas como la protección legal del trabajo fotográfico, la difusión y apertura de espacios para la promoción de la obra fotográfica, así como la justa valorización de la obra de los fotógrafos como profesionales.
En el I Coloquio Latinoamericano de Fotografía (1978), Nacho participó como expositor en la sección de invitados y, como miembro del Comite de Selección, junto con Fernando Gamboa, Pedro Meyer, Jaime Ardila y Raquel Tibol, de la I Muestra de la Fotografía Latinoamericana Contemporánea. Nacho consideró que estos dos eventos constituyeron un importante impulso para la fotografía en México y en Latinoamérica, sobre esto escribió "...llegaron a plantearse temas a fondo y se significaron las más importantes tendencias nacidas de preocupaciones testimoniales y de identidad continental con una propia personalidad como factores dominantes. Se puede asegurar que a partir de este momento se desarrolla un "boom" fotográfico desbordante por donde se cuelan también muchas sub-imágenes de imitadores y seguidores que desean ser calificados rápidamente como "artistas" sin pasar por la dura disciplina del dominio técnico y estético aunado a la auto-crítica; este fenómeno es incontenible y demuestra el inusitado interés que la fotografía ha estimulado en las nuevas generaciones" (López, 1980. "Los errores previsibles de la Primera Bienal Fotográfica Mexicana 1980"). En varios artículos y conferencias Nacho estableció sus conceptos y opinión sobre la fotografía en el mundo y con mayor énfasis sobre la fotografía en México. Sus planteamientos radicales y su posición crítica suscitó en varias ocasiones discusiones y polémicas. Parte de éstas constituyeron el tema de sus artículos publicados en el periódico unomásuno, medio con el que colaboró por algunos años como articulista. Así mismo en mesas redondas y conferencias, ofrecidas principalmente en el Museo de Arte Moderno, profundizó sobre sus conocimientos acerca de la fotografía y sobre sus experiencias personales como fotógrafo.
En la década de los 70's y principios de los 80's Nacho participó en varias exposiciones colectivas. En el Foro de Arte Contemporáneo al que Nacho pertenecía como socio-fundador, se montaron varias exposiciones, algunas de éstas fueron "Estructuras Visuales Hacia Una Identidad" (1978), "Obras inconclusas" (1979), "Homenaje al 25 Aniversario de la Casa de las Américas" (1984). Así mismo organizó y participó en varias muestras colectivas con alumnos y maestros del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos y de la Universidad Veracruzana. En 1981 presentó en el Museo de Arte Moderno una muestra individual antológica integrada por 150 fotografías, la cual fue ampliamente comentada y observada por un considerable número de visitantes. En el Museo Nacional de Culturas Populares, en donde partició muy activamente como integrante de la Sociedad de Amigos del Museo, expuso "Espacios Constantes" con fotos sobre la vida y trabajo de los obreros en México (1984).
Es también en este período cuando colaboró más estrechamente con el Instituto Nacional Indigenista. Por lo general a cargó de la foto fija, participó en la realización de varios corto-metrajes tales como "La magia en América Latina" (1973), "Música de los mixes" (1978), los Curanderos de San Andrés Tuxtla y los Carnavales en la Huasteca Veracruzana. En 1976 el Archivo Audiovisual del INI fue fundado. Nacho y algunos colegas como Alfonso Muñoz y Oscar Menéndez entre otros colaboraron en la planeación y organización de dicho archivo. Durante este tiempo Nacho recorrió parte del país y realizó entonces sus extensos registros en diferentes zonas indígenas. En 1981 el INI publica su libro "Los pueblos de la bruma y el sol" sobre los mixes de Oaxaca, con texto introductorio de Salomón Nahmad.
Nacho trabajó también para diversas instituciones gubernamentales. En 1963 fue contratado por el Comité Administrador de Programa Federal de Construcción de Escuelas para realizar un registro de los centros escolares construidos en el país. Laboró en el Instituto Nacional de Capacitación Agraria (1974) organizando cursos sobre el uso de medios audiovisuales en tareas de organización campesina y comunal. Fue contratado por la Dirección de Educación Indígena (1980) para realizar registros que se incluyeron en algunos libros didácticos. El Gobierno del Estado de Tabasco financió el registro y publicación del libro "Los chontales de Tabasco" (1982). De igual forma el Instituto de Estudios Políticos, Económicos y Sociales contrató a Nacho para registrar la campaña de Miguel de la Madrid, resultado de este trabajo fue la publicación del libro "Los trabajadores del campo y la ciudad" (1982).
En 1986 a los 63 años de edad muere Nacho López. En sus archivos quedaron guardados borradores, apuntes y guiones sobre varios proyectos que a lo largo de su vida planeó, esbozó e imaginó. Entre estos se encuentra un libro con fotos que Nacho acompañó con sus propios textos y que tituló "Foto-poemáticos". Se encuentra también un libro antológico sobre la danza en México con fotos y entrevistas que Nacho realizó a artistas, bailarines, coreógrafos, pintores y compositores, quienes en los 50's consolidaron lo que se ha llamado "La Época de Oro de la Danza en México". Quedaron desde tiempos anteriores varios guiones y borradores sobre cine que en algún momento planeó llevar a la pantalla. Dos de sus últimos proyectos fue el publicar su registro sobre el Valle del Mezquital y en Veracruz, el registrar los variados paisajes de este Estado. Su último proyecto, derivado de su inquietud como maestro de la fotografía y de su amplia experiencia profesional, lo fue el escribir un libro sobre la fotografía, en particular sobre la fotografía en México. Este en principio sería un libro de enseñanza en el que a partir de un marco semiótico se proponía analizar la fotografía en México en su contexto cultural, social e histórico.
A lo largo de su vida, sus múltiples inquietudes lo llevaron por diferentes caminos, acercándose en algunas ocasiones a otras disciplinas y ramos artísticos como la danza, la pintura, la música y el teatro y experimentando en otras ocasiones con diferentes técnicas en su laboratorio. Remarcó y defendió con relevancia el quehacer del fotógrafo, impulsando a entre sus alumnos en el dominio técnico así como en la constante actualización con lecturas sobre arte, historia y filosofía. Su trabajo es reflejo de una vida intensa, centrada en su pasión por la fotografía. Meses antes de su fallecimiento Nacho constata esto al escribir "Me siento viejo cuando veo a mis amigos viejos, sin embargo la obra de arte me revitaliza porque el tiempo no se atreverá a tocarla".
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