James Watt (1736-1819) Ciencía y Tecnología
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Ingeniero escocés, hijo de un armador naval. Su delicada salud hace que inicialmente estudie en casa, guiado por su madre. Tiempo después puede asistir a la escuela y, finalmente, realiza estudios al lado de Morgan de Cornhill. Desde muy joven se muestra interesado por las matemáticas y los instrumentos de precisión. En el astillero de su padre adquiere los primeros rudimentos técnicos. En Londres aprende el oficio de constructor de instrumentos, conocimiento que aplica en Glasgow, al instalar un taller dentro de la universidad de esa ciudad. Pero son sus posteriores trabajos los que lo hacen célebre en la historia y desencadenan la revolución industrial. Watt, adoptando los principios descubiertos por Denis Papin, inventor de la olla a presión, fabrica una máquina de vapor que logra un mayor rendimiento en términos de gasto de carbón, superando el ya tradicional modelo de Thomas Newcomen. Este logro, sin embargo, es consecuencia directa de la máquina de Newcomen. De hecho, lo consigue cuando se le encomienda la reparación de una de esas máquinas. Watt piensa que el modelo de Newcomen puede aumentar su rendimiento si se consigue evitar el continuo calentamiento y enfriamiento del cilindro del pistón. Siguiendo su idea, Watt integra al cilindro una cámara donde se lleva a cabo la condensación del vapor. La innovación de Watt repercute en todas las industrias y se implementa como propulsora de las diferentes máquinas de las factorías a lo largo y ancho de toda Europa. Para comercializar su invención, Watt hace sociedad con Matthew Boulton, industrial escocés, natural de Birmingham. Mientras el uso de la máquina de vapor se sigue extendiendo, Watt incluye nuevos perfeccionamientos como un eje de pistón rotatorio que reemplaza el movimiento de vaivén y un pistón de doble acción, alimentado de vapor, alternativamente por los dos extremos. Ya en 1830 funcionan alrededor de 30.000 máquinas de vapor sólo en Inglaterra. En Francia se intenta implantar el sistema para bombear agua del río Sena y abastecer de agua a París y Versalles. Sin embargo, el proyecto es, finalmente, suspendido. El gran aporte de James Watt a la tecnología le hace acreedor a galardones de la Academia de Ciencias de Francia y de la Royal Society de Londres.