Carlos Reynaldo UBillús Cervat (1969-0000) Arte
1 Un visitante nos comenta Carlos Ubillús Cervat, chiclayano reconocido a nivel nacional por sus dotes de coreógrafo y su pasión por la marinera.
Carlos Ubillús al final de una jornada más dedicada a la enseñanza y transmisión de un baile símbolo de peruanidad y criollismo. Muchos de los curiosos que abandonan su trajín diario para contemplar una danza que a todos nos atrapa, emocionados con el espectáculo de las parejas esforzándose en mejorar su performance, también se acercan para pedir información sobre el costo de las clases, horario y demás. Y es que la belleza y expresividad de este baile nacional han logrado que sea difícil resistir el anhelo que existe en cada peruano de poder interpretar las melodías que acompañan nuestras memorias desde que nacimos en este país variopinto y pluricultural.
Sólo cuando se ha retirado hasta el último de los bailarines, podemos dar el encuentro a este personaje cuyo nombre suena a los chiclayanos ya como sinónimo de marinera. En su rostro se refleja el cansancio de una jornada larga, con múltiples actividades en las que la marinera siempre sobresale como su orgullo y satisfacción máxima, una pasión para muchos que él ha convertido en un estilo de vida.
Baila Marinera desde los 8 años, incentivado por mi familia. Primero eran sólo presentaciones y concursos. Después surge la idea de dar clases, así que empecé a enseñar desde los 14 años. Como es natural, algunos compañeros y yo empezamos a ver las cosas en grande, anhelábamos tener un grupo que trascienda e identifique a los chiclayanos. Así nace el ballet folklórico Fina Estampa.
Formé el ballet folclórico Fina Estampa cuando tenía 19 años. FINA ESTAMPA, empieza esta labor desde el 14 de febrero de 1990. Somos un grupo de profesionales en diversos campos, que hemos decidido poner todos nuestros esfuerzos en la difusión de la danza peruana y especialmente la lambayecana, con el objetivo de ampliar el campo de acción de nuestro arte tradicional. El ballet folklórico se ha presentado exitosamente en Ecuador, Bolivia y Alemania; se caracteriza por haber impuesto un estilo muy propio y peculiar en los bailes nacionales.
He ganado campeonatos nacionales de marinera desde los 16 años de edad, hasta la fecha y aún sigo en competencia, siendo los más resaltantes los organizados por TODAS LAS SANGRES, SOMOS INDEPENDIENTES, ALMA NORTEÑA, PRIMAVERAL DE TRUJILLO, CLUB GRAU DE PIURA, PAÑUELO DE ORO EN EL CUSCO, CIUDAD DE LIMA.
El pasado 2008 gané representando a la Universidad SMP los concursos FUERZA AEREA PERUANA y CIUDAD DE MIRAFLORES, y este año nuestros alumnos compitieron y ganaron el Concurso Universitario de Marinera organizado por la Universidad de Sipán en el mes de Abr
Creo que a toda persona da una gran satisfacción compartir lo que sabe, contribuir en poder mostrar lo maravilloso que tenemos en el Perú en cuanto al folklore. Además del ballet fina estampa y la academia de marinera del mismo nombre, trabajo en el INC Chiclayo desde el 2001 y en la UNIVERSIDAD DE SAN MARTIN DE PORRES desde el 2007, en el curso de Actividades Culturales, el cual busca difundir entre el alumnado la práctica y difusión de la marinera norteña.
También se apertura el área de Talleres donde de manera extra curricular los alumnos y personal docente con aptitudes para el baile aprenden este bello baile nacional y lleven siempre a donde vayan a la Marinera como un símbolo de la chiclayanidad.
Es evidente que toda danza expresa - a través del simbolismo del movimiento del cuerpo- afectos y sentimientos. La Marinera expresa la galantería y el enamoramiento. La música y la letra de sus canciones muestran la picardía y hacen referencia a escenas costumbristas. Música y letra expresan la idiosincrasia de algunos grupos que mantienen sus costumbres o que están en proceso de cambios.
Como todo enamorado de la vida, pienso que el ser humano busca el ideal de felicidad, como artista intento a través de este baile hacer una interpretación de lo que hubieran querido nuestros ancestros, lograr en verdad estar enamorado al bailar, en realidad recrear el ENAMORAMIENTO, eso es la Marinera, lo hermoso de esta expresión de nuestro folclor es precisamente que uno puede expresar a través de su cuerpo todo el lenguaje del amor.
Si consideramos a la Marinera como una expresión costumbrista, resultado de una idiosincrasia pasada, surgida del mundo rural; y, si tenemos en cuenta que la sociedad peruana en su conjunto ha sufrido transformaciones radicales en su estructura, podemos presumir que el Baile Nacional del Perú se ha visto afectado también por este proceso de cambios.
Nuestro Perú no es el mismo de hace cincuenta años, y felizmente ahora se vive un proceso de puesta en valor de nuestro baile nacional, siendo así que todo peruano habla de su Marinera, sea porque la baila, la escucha o la ve por televisión. Se enseña en todos los colegios, universidades, es muy apreciada en el extranjero, hasta existen academias fuera del Perú.
Creo además que no hay una línea que diferencia a criollos y mestizos al hablar de Marinera, tenemos este baile que une, que nos hermana y a pesar de las competencias en los concursos demasiado apasionadas, es le baile de todos los peruanos.
Obviamente la mujer es la protagonista del baile, como en todo proceso amoroso, es ella quien cumple dos roles fundamentales: como mujer es el opuesto complementario del hombre, que en el baile se traduce cuando realiza los mismos pasos que él y las mismas evoluciones coreográficas, y cuando se convierte en el elemento central a quien está dirigido todo el cortejo del hombre.
Resulta raro e inexplicable que el popular y tan difundido machismo norteño no se encuentre presente en la ejecución de este baile tan típico del norte, encontrándonos más bien con un hombre galante, amable, insistente pero caballeroso que trata de seguir a su dama, intenta rendirla pero bajo las condiciones de ella.
En la ejecución de la marinera norteña, él y ella, son pícaros, ambos son sensuales, ambos son campechanos, ambos son rústicos, ambos son transparentes, ella contesta de igual a igual, pero él siempre termina rendido, de rodillas ante ella.
No hay trajes definidos para Marinera. La ejecución de nuestro baile debería realizarse con los atuendos que corresponden a su lugar de origen, o al lugar que se representa. Lamentablemente esto no se respeta en las competencias.
En las damas se usan los vestidos propios de cada pueblo (Monsefú, Mórrope, Moche, Huanchaco, Trujillo, Piura, Catacaos y otros), con las características singulares de costura, bordados o tejidos típicos de la zona. Con variedades de diario o de fiesta. Con aretes llamados dormilonas a la usanza antigua.
En los varones es muy representativo el típico chalán de poncho blanco o colores claros (beige, lúcuma) tejidos a telar con hilos teñidos en los diferentes pueblos norteños (Monsefú, Catacaos) y también serranos como Celendín y San Miguel en Cajamarca. Se usa también el sombrero de paja de ala ancha.
El gamonal en cambio es el que va ataviado solo con terno (saco, pantalón y chaleco) de dril de costura simple con características propias de nuestros cálidos pueblos norteños. Cualquiera que sea el modo de vestir, el atuendo se completa con el pañuelo en mano.
También es un atuendo característico el del Cholo, que se presenta con terno pero descalzo, mal llamado mochero por algunas academias, puesto que la forma de bailar y vestirse de este personaje también coinciden con un monsefuano o piurano y no sólo del pueblo de Moche.
Claro que con el auge de las competencias también ha llegado la desinformación, sobre todo en los advenedizos al folclor pues se observan trajes demasiado bellos para creer que una chola los haya lucido o hay tenido el dinero para confeccionarlos, estos trajes de “moda” son los bordados a recheliu o los trajes de muchos colores que no son típicos de ningún lado, salvo de la imaginación de alguna modista. También he visto el uso de escapularios que no tienen nada que ver con la religiosidad, pues es bien sabido que nuestro poblador norteño devoto usaba un detente detrás de su vestido, es decir cerca de su pecho y muy pequeño, no esa exagerada imagen que algunos profesores imponen a sus alumnos sin saber el significado de esa prenda y peor aun botones dorados, cadenas, en fin una serie de accesorios que nuestra gente no usó jamás.
Como toda expresión artística, la marinera es un baile que ha evolucionado desde sus inicios, pues no empezó siendo marinera en sí: es la fusión de otros bailes y ritmos que le antecedieron. Si uno mira los videos de los primeros concursos nacionales, nuestra marinera era una típica marinera limeña sin el espíritu norteño. Incluso, en la marinera popular de aquella época, se bailaba con tacos. La marinera, como todas las cosas de la vida, ha evolucionado. En los últimos años, la marinera presenta nuevos matices; sin embargo, lo más importante es que no pierda su esencia. En los últimos años, la marinera norteña es la que ha presentado mayor evolución, en parte por las nuevas composiciones musicales, las mismas que con compases más marcados permiten a los bailarines demostrar sus destrezas en el baile.
El concurso tiene el extraordinario mérito de que, con el paso del tiempo ha forjado una identidad que estaba a punto de perderse; uno miraba de niño a los abuelos bailar una marinera que ellos aprendieron por tradición, es decir la marinera autóctona, esto no lo aprendió mi generación, aprendimos porque fuimos a las academias y con la competencia nace la estilización. Claro que es esta última que con la belleza de sus movimientos, ha logrado cautivar otra vez al pueblo que la vio nacer.
Me parece importante las competencias de Marinera, pero ya no es suficiente bailar por bailar, me apena conocer campeones “nacionales” y grandes “profesores” que no saben el significado de una Marinera y no conocen las letras de la marineras que tan diestramente bailan en concursos; que no le den el correspondiente lugar a la mujer dentro del baile y se haya formado una corriente de pseudo bailarines que buscan el exhibicionismo personal y no el baile de pareja, sino basta con mirar el youtube y ver a un menudo bailarín haciendo veinte rodillas y piruetas, y lo que es peor aplaudido por el respetable y yendo por el extranjero a promocionar esto como el baile nacional. O a otro pateando el sombrero al aire para impresionar, bailar sin sombrero, o “volar” el poncho cual capa. Y esto es lo que está empezando a gustar a la gente.
Es tiempo de enseñar el marco teórico, para poder representarlo con orgullo, bailarlo y saber porque se baila, para no imitar solo posturas o lo que es peor deformando el baile.
En este sentido, muchos no aprenden por observar gran dificultad en la interpretación. ¿Cree Ud. que frente a esto debemos promover la enseñanza de una marinera típica, y no sólo la marinera de academia y de competencia?
Si nos gusta el baile, adelante, a practicar se ha dicho, es cierto que la marinera de concurso tiene una preparación distinta pero no olvidemos que no sólo es la técnica la que sale a relucir, también es nuestro sentimiento, esta marinera tradicional bailada por nuestros viejos se hacía sólo por el gusto de bailarla, de jaranearse, de despedir la fiesta o de reiniciarla y no habían pasos definidos, pero si grandes cultores.
Además lo que hemos heredado de nuestros padres y abuelos es la picardía, el salero y la gracia al bailar, es la esencia misma de nuestro norte y eso no se aprende de academia.
Hay que promover desde los colegios el uso de nuestros trajes representativos, el capuz monsefuano, el bordado de Mórrope, el poncho tejido, son lo que nos caracteriza, lamentablemente por moda los profesores imponen a sus alumnos lo que ven, sin averiguar si es valedero, en competencias y en videos.
Me parece que mi mayor aporte a la comunidad es haber enseñado la Marinera Norteña en su forma tradicional a muchísimas generaciones de bailarines, en capacitaciones, cursos y talleres, y también haber contribuido a que las competencias a nivel local y nacional cuenten con campeones chiclayanos en varias de sus categorías, tal es así que algunos de mis alumnos ya son profesores y que actualmente difunden este arte dentro y fuera del país;
Este baile debe llegar a más gente por medio de nuestra marinera tradicional, que es muy fácil de aprender, y desde allí empezar a trabajar con los que tiene aptitudes para entrar a las competencias. No olvidemos nuestro pasado para poder crecer en el futuro, hago extensivo este pensamiento a todos aquellos bailarines, maestros y coreógrafos de preservar la Marinera en su tradicional contenido y belleza