Wolf Ruvinskis (0000-0000) Cine y Televisión
1 Un visitante nos comenta Wolf Ruvinskis (30 de octubre de 1921, Riga, República de Letonia) - 9 de noviembre de 1999, ciudad de México) fue un polifacético actor, luchador profesional, mago, arquero y empresario nacido en el seno de una familia judía y nacionalizado mexicano. Vivió y trabajó en México la mayor parte de su vida.
Wolf Ruvinskis nace en lo que hoy es el territorio de la República de Letonia en 1921, hijo de madre letona y padre ucraniano quienes, al huir de los conflictos bélicos europeos y no poder ingresar a los Estados Unidos, emigran a Argentina. Al llegar a ese país su padre murió debido a las difíciles y agotadoras condiciones del viaje en barco. En Córdoba, con una madre que no hablaba español y buscaba la forma de sobrevivir, Wolf y su hermano Daniel fueron llevados a un internado cuando él tenía cinco años de edad y permaneció durante dos años. De regreso con su madre, creció en un barrio pobre y debido a esta pobreza solo cursa la primaria.
A los 17 años se convierte en campeón de lucha grecorromana y amateur en Argentina y dos años después inicia una gira por Latinoamérica como luchador, en Colombia decide quedarse a radicar un tiempo, época en la que se desempeñó como portero en los equipos Independiente Santa Fe y en Millonarios de Bogotá,1 y es también ahí en donde inicia su carrera en la actuación, al tener una participación especial en la cinta Bambucos y corazones
En cine llamó la atención de los productores por sus rasgos europeos y su impactante anatomía y de inmediato se ganó un lugar entre los actores de reparto más populares. Su primera intervención en cine mexicano fue en la cinta "No me defiendas, compadre" (1949), un trabajo que marcó la relación profesional y amistosa entre el protagonista Germán Valdés Tin Tan y Ruvinskis. Éste se volvió comparsa habitual en varias de las mejores películas del cómico, como "Simbad el mareado" (1950), "El revoltoso" (1951), "Las locuras de Tin Tan" (1952), "El bello durmiente" (1952), "Me traes de un ala" (1953), "El vagabundo" (1953), "El sultán descalzo" (1956), "El gato sin botas" (1957) y "Tres mosqueteros y medio" (1957); su última colaboración con el cómico fue al año siguiente, justo cuando este iniciaba su etapa de decadencia.
A la par de sus intervenciones al lado del famoso pachuco, tuvo participaciones por demás afortunadas en cintas como "La oveja negra" (1949), "El hombre sin rostro" (1950), "Trotacalles" (1951), "Los tres alegres compadres" (1952), "La noche avanza" (1952), "Cuando levanta la niebla" (1952), "El señor fotógrafo" (1953), "Caballero a la medida" (1954), "El túnel 6" (1955) y "La estrella vacía" (1957), cintas que le permiten trabajar con prácticamente todas las grandes estrellas de entonces, como: Pedro Infante, Fernando Soler, Arturo de Córdova, Miroslava Stern, Mario Moreno Cantinflas, Pedro Armendáriz, Leticia Palma, Jorge Negrete, Andrea Palma, Columba Domínguez y María Félix, por mencionar a algunos.
Mención aparte merecen sus excelentes caracterizaciones en películas como "La bestia magnifica" (1953), junto a Miroslava Stern y Crox Alvarado, cinta que inauguraría el género de luchadores, muy famoso en años posteriores, "Pepe el Toro" (1953), junto a Pedro Infante y en la que filman la mejor escena de boxeo hecha hasta ese entonces; muchos críticos elogiaron este trabajo y se dijo que “sin un adversario como Wolf Ruvinskis, Infante difícilmente hubiera alcanzado las alturas de heroísmo que tuvo”, "La vida no vale nada" (1954), otra vez con Infante, quien ganó el Ariel por esta película, "Ladrón de cadáveres" (1957), con Columba Domínguez, cinta que se ha vuelto de culto y es considerada la mejor película del cine de luchadores. En 1960 Wolf alcanzó su momento de mayor popularidad al aceptar la oferta del director Federico Curiel para protagonizar una serie de películas de ciencia ficción de bajo presupuesto, basadas en un personaje que él había creado: Neutrón; con este personaje filma cinco películas que fueron un éxito entre 1960 y 1965, teniéndolo a él como estelar.
Después de Neutrón, Ruvinskis hizo varias películas sin ninguna importancia, las más de ellas de ficción, exceptuando "El crepúsculo de un Dios" (1969), "La Isla de los hombre solos" (1974) y algunas participaciones más con "Cantinflas" y "El Santo". Se despidió del cine tres años antes de morir; sus últimas participaciones fueron en "Juego limpio" (1995), por la que recibió una nominación al Ariel y "La mujer de los dos" (1996).
En 1948, debuta en teatro en la obra Un tranvía llamado deseo de Tennessee Williams, producida por el INBA, y con un papel que lo haría merecedor de los más variados elogios, acompañado de María Douglas y dirigido por Seki Sano, quien juró transformarlo en la musculosa máquina de deseo que él necesita para desestabilizar el personaje de la Douglas; con esta obra tuvo la osadía de aguantar los malos tratos del director, pues sabía que era la oportunidad de su vida. En teatro también tuvo éxitos variados entre los que destacan Panorama desde el puente, obra que lo haría acreedor al premio de mejor actor teatral en 1958, Camino a Roma de Robert Sherwood, compartiendo escena con Dolores del Río, Anna Christie, con Silvia Pinal y Felipe Montoya y Damas retiradas con María Conesa, Anita Blanch y Kitty de Hoyos.
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