Bernal Díaz Del Castillo (0000-0000) Historia
1 Un visitante nos comenta . Desde joven se decidió por la carrera de las armas y debido a su afán de aventuras, hacia 1514 se embarcó a América viajando sucesivamente con las expediciones de Pedro Arias de Ávila (a Darién, o sea Centroamérica), Francisco Hernández de Córdoba (a Yucatán) y Juan de Grijalva (a Tabasco). Casado con Angelina Díaz tuvo un hijo llamado Diego. Por tres años estuvo al servicio de Diego Velázquez en Cuba hasta que se le incluyó en la expedición de Hernán Cortés. Desde el 18 de febrero de 1519 fue soldado de las huestes de Pedro de Alvarado por lo que participó en la conquista del imperio mexica. Fue testigo presencial de la prisión y muerte de los tlahtoanis Moctezuma y Cuitláhuac, vivió la llamada «Noche Triste» y peleó por la toma de México-Tenochtitlán. Al concluir ésta, se unió a la expedición de Gonzalo de Sandoval hacia Coatzacoalcos y llegó a ser regidor de la villa del Espíritu Santo. Después participó en la conquista de Chiapas y en 1524, partió con Hernán Cortés a la conquista de las Hibueras (Honduras) la que resultó un fracaso por lo que regresó por tierra a la ciudad de México.
2 Un visitante nos comenta Mi nombre es Bernal Díaz del Castillo, y soy vecino y regidor de la muy leal ciudad de Santiago de Guatemala; natural de la muy noble e insigne Villa de Medina del Campo, hijo de Francisco Díaz del Castillo, regidor que fue della, y de María Díez de Rejón, su legítima mujer, que hayan santa gloria. Y como mis antepasados y mi padre y un mi hermano siempre fueron servidores de la Corona Real y de los Reyes Católicos, don Fernando y Doña Isabel, de muy gloriosa memoria, quise parecer en algo a ellos; y en el año de 1514 salí de Castilla en compañía de un caballero que se decía Pedrarias Dávila, que en aquella sazón le dieron la gobernación de Tierra Firme, y viniendo por la mar con buen tiempo, y otras veces con contrario, llegamos a el Nombre de Dios, que ansí se llama.
En ocho días del mes de febrero del año 1517 salimos de la Habana, y pasados veinte y un días vimos tierra, la cual tierra jamás se había descubierto y que luego se llamó Yucatán. Y descubrimos tierras de grandes poblaciones y casas de cal y canto, y grandes adoratorios de sus ídolos; y las gentes naturales dellas tenían vestidos de ropa de algodón y labranzas de maizales. Y sus guerreros bien fuertes y bravosos, con sus banderas, y atambores, y traían armaduras de algodón que les daban en las rodillas, y lanzas, y rodelas, y arcos y flechas, y macanas y espadas de navajas que parecen de a dos manos, y hondas, y mucha piedra. Y nos dieron dos batallas, una en la punta de Cotoche y la otra batalla en lo de Champòtón, cuando nos mataron cincuenta y siete soldados. Y diré que todos los soldados que fuimos en aquel viaje a descubrir gastamos la pobreza de hacienda que teníamos, y heridos y empeñados volvimos a Cuba; y cada soldado se fue por su parte, y el capitán luego murió. Y en las islas de Santo Domingo y Cuba y aún en Castilla llegó la fama de nuestro descubrimiento, y decían que otras tierras en el mundo no se habían descubierto mejores. Y el Diego Velásquez escribió a Castilla diciendo que él lo había descubierto.
En el año 1518 volví una segunda vez, desde la misma Isla de Cuba, con otro capitán que se decía Juan de Grijalva, y tuvimos otros grandes rencuentros de guerra con los mismos indios del pueblo de Champòtón, y desde aquel pueblo fuimos descubriendo la costa adelante, hasta llegar a la Nueva España, y pasamos hasta la provincia de Pánuco. Y otra vez hubimos de volver a la isla de Cuba muy destrozados y trabajosos, así de hambre como de sed.
En febrero de año 1519 vine la tercera vez a esta Nueva España con el venturoso y esforzado capitán don Hernando Cortés. Digo que ningún capitán ni soldado pasó a descubrir tres veces arreo, una tras otra, como yo; por manera que soy el más antiguo descubridor y conquistador que ha habido ni hay en la Nueva España. No me extenderé ahora en los heroicos hechos del valeroso Cortés , y los míos, y los de mis compañeros que se hallaron juntamente peleando, tanto en las sangrientas guerras mexicas, como en Guazacualco, en las sierras de Cipotecas y Minges o en lo de Honduras y las Higueras, que todo lo cual hallarán escripto parte por parte en una extensa relación que estoy acabando de trasladar. En ella verán en cuántas batallas y rencuentros de guerra me he hallado desque vine a descubrir, y cómo dos veces estuve asido y engarrafado por los indios mexicanos, con quienes en aquella sazón estaba peleando, para me llevar a sacrificar como en aquel instante llevaron otros muchos de mis compañeros, sin otros grandes peligros y trabajos ansí de hambres y sed y infinitas fatigas que suelen recrecer a los que semejantes descubrimientos van a hacer en tierras nuevas .
El atento lector de esa mi relación verá que no ha habido hombres que más reinos y señoríos hayan ganado como nosotros, los verdaderos conquistadores, para nuestro rey y señor; y entre los fuertes conquistadores mis compañeros, puesto que los hubo muy esforzados, a mí me tenían en la cuenta dellos, y el más antiguo de todos, y digo otra vez que yo, yo y yo, dígolo tantas veces, que yo soy el más antiguo, y lo he servido como muy buen soldado a su majestad, y diré con tristeza de mi corazón, porque me veo pobre y muy viejo, y una hija para casar, y los hijos varones ya grandes y con barbas, y otros por criar, y no puedo ir a Castilla ante Su Majestad para presentalle cosas cuplideras a su real servicio, y también para que me haga mercedes, pues se me deben bien debidas. Dejaré esta plática, porque si más en ello meto la pluma, me será muy odiosa de personas envidiosas
En Ciudad de Guatemala, en 10 de febrero de año 1568
Biografía
Bernal Díaz del Castillo nació en España entre 1492 y 1493. Fue a las Indias en 1514, era un joven de más de veinte años de edad, de baja instrucción escolar y que no contaba con riqueza en su tierra natal. Permaneció dos años en la recién conquistada Cuba, donde no se le presentó ninguna situación ventajosa para sus intereses.
La población aborigen de la isla se agotaba debido a las epidemias y trabajos forzados a los que no estaban acostumbrados. Con el objetivo de capturar indios, para luego venderlos como esclavos en Cuba, el gobernador de la isla organizó una exploración hacia las pequeñas islas del Caribe. En ese viaje realizado en 1517 se alistó Bernal, bajo las órdenes del capitán Francisco Hernández de Córdova. Ellos descubrieron las costas de Yucatán, después de penosas y peligrosas travesías, regresando a Cuba en condiciones desastrosas.
Al año siguiente, Bernal embarcó; esa ocasión dirigido por Juan de Grijalva con la finalidad de explorar las tierras descubiertas. Por segunda vez retornó a Cuba. Allí se alistó con Hernán Cortés, lo que fue su compañía definitiva.
Díaz de Castillo fue testigo y actor de los principales sucesos de la caída de las grandes civilizaciones mesoamericanas, escapando sorpresivamente de la muerte. El mismo dice ". ningún capitán ni soldado pasó a esta Nueva España tres veces arreo, una tras otra, como yo; de manera que soy el más antiguo descubridor y conquistador que ha habido ni hay en la Nueva España." A nuestro parecer es la persona idónea y autorizada para contarnos la epopeya del Siglo XVI.
Bernal frecuentemente conversaba con sus compañeros de armas sobre le tema de la conquista de la Nueva España; ese continuo evocar de los acontecimientos fue formándole algunas ideas que más tarde dieron lugar a un conjunto de narraciones. Recurre a sus recuerdos reforzados por los de sus compañeros, es por eso que su obra puede ser considerada como colectiva, lo que no la exenta de elementos subjetivos.
En su Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva España nos advierte que él no sabe latín ni fue a la universidad, pero eso no era impedimento porque él escribe: . mas lo que yo vi y me hallé en ello peleando, como buen testigo de vista yo lo escribiré, con la ayuda de Dios, muy llanamente, sin torcer ni una parte ni otra. Su obra está constituida por lo que vio, en ella plasma su experiencia personal. Durante el transcurso de sus narraciones nos indica cuáles sucesos presenció, cuales le contaron sus compañeros y cuáles tuvo a bien saber por papeles o escritos ajenos a él.